JOHANNESBURGO. Asistieron presidentes y primeros ministros de todo el mundo y hubo un sin fin de palabras en la primera ceremonia multitudinaria en homenaje al extinto héroe antiapartheid, Nelson Mandela, muerto el pasado jueves a los 95 años de edad.
Dignatarios de más de 100 países y celebridades como el cantante de U2 Bono y la actriz Charlize Theron, asistieron a la ceremonia en el estadio Soccer City de Soweto, donde los primeros en tomar la palabra para homenajear al líder fue su entorno más cercano. Sus nietos y amigos subrayaron que la presencia de personas de distintas razas mezcladas en la tribuna era la mejor manera de recordar a Mandela, llamado cariñosamente Tata o Madiba.
El primer líder internacional en hacer honor a Mandela frente a las decenas de miles de asistentes fue el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien consideró que Madiba representa a “una de las grandes enseñanzas de la Historia, alguien que predicó con su ejemplo”.
Fue el presidente estadunidense Barack Obama quien junto a Raúl Castro, protagonizaron un saludo histórico y quienes también se llevaron las mayores ovaciones. Obama recibido con gran alegría por parte de los asistentes, pronunció uno de los discursos más emotivos y comparó al extinto ex presidente y premio Nobel de la Paz con Mahatma Ghandi, Martin Luther King y Abraham Lincoln, destacando que hay “muchos líderes internacionales” que mostraron su solidaridad pero “no liberan a sus propios pueblos”.
“Mandela es el último libertador del siglo XX”, sentenció el mandatario. “Mandela nos enseñó que nada es imposible hasta que está hecho” subrayó.
Por su parte, el presidente cubano, Raúl Castro, aseguró que Mandela pasará a la historia “porque fue capaz de arrancar de su alma todo el veneno que pudo crear tan injusto castigo y por la generosidad y la sabiduría con que en la hora de la victoria supo dirigir con gran talento a su heroico pueblo”.
Pero, el corazón del evento fue una familia de luto. La emoción más aguda fue cuando la ex esposa de Mandela Winnie Madikizela se fundió en un abrazo con la viuda del líder Graça Machel, un acto que todo el estadio aclamó.
Sin embargo, la fiesta se vio deslucida por los abundantes abucheos que recibió Jacob Zuma, el presidente Sudafricano, que utilizó 20 millones de dólares de fondos públicos para renovar su vivienda. Cada vez que el rostro de Zuma aparecía en las pantallas del estadio, la multitud silbaba, desconcertando a los oradores.
Pero esa situación no opacó que las decenas de miles de personas que abarrotaron el estadio dejara de cantar, danzar y demostrar el fervor de todo un pueblo por su líder eterno.
Cyril Ramaphosa, vicepresidente del gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA), dio por terminada la ceremonia tras la intervención del arzobispo emérito de Ciudad del Cabo, Desmond Tutu, quien ensalzó la vida del “extraordinario icono” que fue Mandela.
Los actos de despedida de Mandela continuarán entre mañana y el viernes en Pretoria, por cuyas calles desfilará el féretro del ex presidente durante esos días. También, en esas mismas jornadas, en la sede del gobierno estará instalada la capilla ardiente.
El funeral de Estado tendrá lugar el próximo domingo en la localidad de Qunu, en el sureste de Sudáfrica, donde creció Mandela y había pedido ser enterrado. Al último adiós se estima que asistirán no menos de 9 mil personas.