La cantante Katy Perry saldrá en la portada de diciembre en la edición de Estados Unidos de la revista Marie Claire y entre sus páginas estará una interesante entrevista de la cuál aquí hay unos breves adelantos.

 

Cuándo se le preguntó sobre empezar una familia, Katy comentó: “no estoy allí todavía y no puedo planificar con tanta antelación cuándo voy a decidir tener una familia. Russell (su ex esposo) realmente quería que tuviéramos hijos, yo no estaba lista aún, pero creo que era la forma que él tenía para controlarme. Si yo tenía un niño, habría un sacrificio y necesitaría estar más en casa”.

 

Sobre la relación de altibajos que ha tenido con el músico John Mayer aceptó que en este momento no están juntos. “Me tomé un descanso de mi novio, uno que yo no quería. Fue como un jarro de agua fría para buscar hacia dentro y saber lo que estaba pasando conmigo”, dijo.

 

“Necesito darme cuenta de lo que sucede conmigo, eso me llevó a este nuevo despertar, si no lo hago con un poco de auto-amor, va a ser más difícil mantener el amor que yo quiero. Todavía lo necesito para hacer frente a todas mis cosas y lo que he vivido con mi ex-marido. No haberlo hecho antes es casi como si siguiera hablando de ello, parece como si realmente importara él y no yo”.

 

Cero persignada

 

Aunque Katy Perry creció en una familia muy tradicional y religiosa, junto a sus padres Keith y Mary Hudson –quienes son pastores evangélicos–, ha sabido construir su propia opinión acerca de las interpretaciones espirituales.

 

“No creo en la existencia del cielo o del infierno, ni pienso que Dios se identifique con la figura de un hombre poderoso sentado en un trono. Estoy convencida de la existencia de un poder más importante que todos nosotros, que nos hace responsables de nuestros actos y nos empuja a ser mejores personas, pero dudo mucho que los únicos esquemas válidos para explicar lo que nos rodea vengan del cristianismo”, confesó también la cantante a la publicación Mary Claire.

 

“No soy cristiana, budista o musulmana; pero eso no quiere decir que no necesite a Dios en mi vida. Siento una conexión muy intensa con él y trato de hablar con él todos los días para que me dé fuerza y consejo. Rezo para que me dé humildad, para que me proporcione autocontrol. Le doy gracias por la vida y por el mundo a mi manera, de una forma mucho más personal”.