Lejos queda ya esa final en 1992, cuando el León se proclamó campeón por última vez. Fue en el Nou Camp, cuyo césped pisarán esta noche para enfrentar el duelo de ida de la Final ante el América. Después de 193 minutos, contando el duelo de ida, la fiera verde no había podido hacer un gol al Puebla de Manuel Lapuente. Y así se suelen dar las historias en el futbol. Un cabezazo del delantero y goleador en Segunda División que aceptó la humillación de jugar como defensa central con tal de hacerlo en la Primera, rompió las gargantas de los presentes y la moral del visitante.

 

Al final, ese partido terminó 2-0 al término de los tiempos extras, cuando el baluarte poblano Aurelio Rivera anotó en su propia meta.

 

Una historia perfecta. Horas más tarde, en medio del escándalo de música y carcajadas en la celebración del título en un restaurante argentino propiedad de un ex jugador histórico del equipo, Carlos Turrubiates, que así se llama el héroe de ese día, admitió que siempre fue un centro delantero, aunque jugaba en la central, y que soñó anotar ese gol. Lo que no admitió pero era obvio fue que ese gol fue la revancha que justificó todo lo vivido.

 

Hoy cuando la final regresa a tierras guanajuatenses, la historia perfecta tiene muchas opciones. Puede ser por ejemplo la de Carlos Peña un jugador al que desecharon del Pachuca cuando el León pasó a formar parte de ese grupo. En los meses desde entonces, Peña pasó del anonimato a la Selección Nacional y es muy probable que ese al que apodan el Gullit juegue el año entrante en Europa y sea parte de la selección mundialista. ¿Qué tal con una copa de campeón?

 

Está el caso del entrenador leonés, Gustavo Matosas, quien salió del Querétaro acusado de pedir dinero a sus propios jugadores por saltar a la cancha. No se comprobó, pero su carrera se vino abajo. Matosas tuvo que elegir entre buscar de vuelta en Uruguay o ir a dirigir a la Liga de Ascenso. Optó por tomar a los esmeraldas y los regresó a la Primera División. Ahora los tiene en la Final.

 

Hay quien dice que Rafael Márquez merece el título que no ha ganado en México. Hay que ser sinceros, no sería más que otro trofeo en una carrera en la que suma 18, todos en ligas o torneos más importantes que este. La historia perfecta de Rafa sería llevar un día al Atlas a vencer al Toluca en una final esplendorosa como aquella que perdió en 1999.

 

Del otro lado hay un personaje que pide a gritos el cierre perfecto para la vorágine de acontecimientos que ha vivido en los últimos meses. Miguel Herrera está a las puertas de darle el bicampeonato al América. No sólo eso, está en la situación inédita de ser el técnico confirmado para dirigir a México en el Mundial aun cuando todavía tiene su antiguo trabajo. Logró rescatar al Tricolor cuando todo parecía perdido. Y de regreso en Coapa llegó a los últimos dos partidos por sobre las bestias oscuras que siempre han atemorizado a las Águilas: Toluca y Tigres. Hasta ahora todo le sale bien, lo sabe y lo presume con nula autocrítica.

 

Y quizá por eso, el cierre de la historia perfecta para Herrera no comienza hoy, ni será el domingo, sino el 29 junio en Fortaleza, el día que México podría estar jugando por el pase al quinto partido del Mundial. Entonces, en esta lírica de lo intangible que estamos construyendo, lo que necesita Miguel es una derrota que le enseñe ahora, cuando todavía no está dirigiendo a la Selección en Brasil, que no existen fórmulas infalibles y que ser humilde no significa poner en menos su autoestima, sino saber que también se puede equivocar y actuar en consecuencia.

 

Las claves del partido

 

La clave del duelo final del futbol mexicano que comienza este jueves en León será cuál de los dos equipos logra destruir las redes de asociación del otro. Y quizá en ese empeño sea el América el más capacitado debido a la experiencia de sus jugadores.

 

Los de Coapa tienen una ventaja innegable y en que en su momento fue difícil de predecir: Miguel Herrera, técnico amarillo y de la selección, tuvo bajo su mando en el Tri a cuatro jugadores leoneses, de los cuales tres fueron titulares con su equipo frente a Nueva Zelanda.

 

El León es un equipo que sabe crear el futbol desde abajo y que tiene en el talento de Rafael Márquez el inicio de sus jugadas con sus pases largos. Será uno de los objetivos de marca del América. Pero en sí, esa apuesta tiene el riesgo de que si los amarillo adelantan líneas buscando tapar al ex del Barcelona y este logra conectar con alguno de sus receptores 40 metros más allá, habrá peligro del gol en el arco americanista.

 

Como sea, se espera un duelo en el que habrá goles pese a que se enfrentan las dos mejores defensas del torneo.