Pese a estar desde hace años ante los ojos de todos, nada fue tan obvio hasta recientemente, cuando durante las negociaciones presupuestales, se desató una batalla pública por el impuesto a los refrescos.
La industria de las bebidas lanzó una intensa campaña para evitar que se votara un incremento de un peso por litro, que fue enfrentada en la trinchera por organizaciones no gubernamentales que habían sido financiadas por Filantropías Bloomberg, la fundación de Michael Bloomberg, el multimillonario ex alcalde de Nueva York.
La fundación de Bloomberg admite que ha donado 10 millones de dólares a grupos en general cuyas metas son elevar los impuestos a las bebidas azucaradas, y entre las organizaciones que fueron señaladas en la prensa como beneficiarias de sus apoyos estaban el Instituto Nacional de Salud Pública, el Poder del Consumidor y la empresa de cabildeo Polithink, que fueron muy proactivos para impulsar ese impuesto que, finalmente, fue aprobado en la Cámara de Diputados.