El diputado del PAN, Orlando Anaya, expresó que el titular del Metro, Joel Ortega, no ha cumplido su promesa de aumentar el número de vigilantes para impedir el comercio ambulante y la entrada de vagoneros y bocineros, luego de que entró en vigor el incremento a la tarifa de este medio de transporte.

 

En entrevista, sostuvo que “existen alrededor de cinco mil 500 ambulantes distribuidos en todas las líneas del Metro; hoy en día los podemos seguir viendo en los vagones, en las estaciones obstruyendo los accesos, a la vista de las cámaras y vigilantes sin que se haga nada al respecto”.

 

Anaya aseveró que este problema se debe principalmente a la corrupción, pues “hay fuertes cantidades de dinero que este sector del comercio informal aporta a los líderes, encargados y vigilantes a cambio de permitirles vender sus productos”.

 

Apuntó que los vendedores ambulantes son la parte visible de una gran cadena de corrupción que opera a diario y a la vista de todos, y la autoridad no ha hecho nada al respecto porque dejaría de percibir mucho dinero.

 

Además el ambulantaje esconde otras fuertes problemáticas que se han permitido en el Metro y que deben de solucionarse a la brevedad, pues “es el disfraz de la explotación de menores, y en algunas estaciones también hay prostitución y narcomenudeo”, añadió.

 

Insistió que con el alza al precio del boleto se hicieron promesas para tener un sistema de transporte digno, “y el Metro que nuestros ciudadanos merecen no debe tener cabida para este tipo de lamentables situaciones que lastiman a toda nuestra sociedad”, dijo.

 

El integrante de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la Cámara de Diputados destacó que ya ha habido quejas y denuncias ciudadanas que muestran la inconformidad de los usuarios respecto a los vagoneros y bocineros, sin que se les haya atendido o brindado apoyo.

 

“Ya hubo situaciones de agresión por parte de los vendedores hacia los usuarios que han mostrado su malestar sin que la autoridad hiciera nada al respecto, se ha mostrado ciega y sorda ante esta situación y Joel Ortega no se ha pronunciado al respecto”, mencionó.

 

Anaya González aclaró que no se trata de una “cacería de brujas” contra los vendedores, sino de terminar con un problema social y de seguridad que desde hace varios años debió ser atendido.

 

“Lo que buscamos para ellos es un programa de empleo temporal que brinde una solución a ambas partes, pues es un problema también de seguridad”, pues en las entradas y salidas del Metro no puede haber nada que las obstruya si se requiere llevar a cabo un desalojo, concluyó.