MOSCÚ. La última de las integrantes encarceladas del grupo punk Pussy Riot, Nadezhda Tolokónnikova, fue liberada hoy tras casi dos años en prisión por la amnistía que decretó el presidente ruso Vladímir Putin.
Tolokónnikova, quien había expresado su intención de cumplir los cien días de condena que le quedaban en prisión, salió del hospital de la cárcel de la región de Krasnoyarsk.
Tolokónnikova fue amnistiada no como madre de un hijo menor de edad, sino por el hecho de que el acto de vandalismo que realizó está cubierto por la amnistía decretada por el presidente Putin.
La intérprete ingresó en el Hospital para Tuberculosos de Krasnoyarsk, en Siberia, la semana pasada, después de ser trasladada desde la prisión de la región de Mordovia en la que pasó la mayor parte de su condena.
Horas antes fue puesta en libertad María Aliójina, otra integrante de la banda, quien denunció que la amnistía de Putin era una operación de comunicación”.
“No creo que se trate de un gesto humanitario, más bien de una operación de comunicación”, declaró la joven de 25 años a los medios tras salir de prisión.
La activista subrayó que la amnistía solo beneficia al 10 por ciento de los detenidos. “Si hubiera tenido opción, la habría rechazado”, sostuvo.
Las integrantes de Pussy Riot fueron condenadas a dos años de prisión por protagonizar en febrero de 2012 una plegaria ‘punk’ en el principal templo ortodoxo ruso, la Catedral de Cristo Salvador en Moscú.
De las tres integrantes del grupo condenadas, Ekaterina Samutsevich fue puesta en libertad condicional, mientras que las otras dos, Nadezhda Tolokónnikova y María Aliójina, seguían cumpliendo la condena de dos años de prisión.
La Duma Estatal de Rusia aprobó la semana pasada un proyecto de resolución sobre amnistía propuesto por el presidente Putin con motivo del vigésimo aniversario de la adopción de la Constitución rusa.