VATICANO. Una delegación de Nápoles, al centro-sur de Italia, entregó hoy idealmente al Papa Francisco el nacimiento gigante que adornará la Plaza de San Pedro en estas fiestas decembrinas y será inaugurado este 24 de diciembre.
El pontífice recibió en audiencia privada, en el Palacio Apostólico del Vaticano, a un grupo de políticos y artistas encabezados por el arzobispo napolitano, el cardenal Crescenzio Sepe.
Todavía en la plaza vaticana, junto al obelisco central el escenario que acogerá el pesebre se encuentra cubierto por una gran tela color café. Será develado durante una ceremonia por la tarde, en la vigilia de Navidad.
Adentro ya fueron colocadas 16 estatuas de tamaño natural, que llegan incluso a medir dos metros, realizados en terracota policroma con ojos de cristal y vestidos en tela, que recuerdan las composiciones del siglo XVIII.
Los personajes son San José y la Virgen María con el niño Jesús, los Reyes Magos, dos figuras rústicas, una de ellas con capucha, un noble oriental, un pobre, una mujer anciana y una gitana que se convierte ante el bebé, otra niña acompañada por una joven y otro pequeño.
Las imágenes han sido ubicadas al interior de un escenario que recuerda el paisaje rupestre de la región Campaña. Todas las vestimentas son sencillas, a excepción de aquellas de los Magos de Oriente en actitud de adoración.
Una particular disposición permite que el pesebre pueda ser admirado desde todos los lados, a 360 grados. Todo estará cubierto por una atmósfera calurosa, gracias a una técnica de iluminación que permite un juego de luces y sombras.
Tras recibir a la delegación napolitana, este lunes el Papa envió un mensaje a sus casi 11 millones de seguidores distribuidos en sus nueve cuentas lingüísticas en la red social Twitter, ligadas a @pontifex.
“La Navidad es a menudo una fiesta ruidosa: nos vendría bien estar un poco en silencio, para oír la voz del amor”, escribió.