SAN FRANCISCO. Los distritos escolares de California están revisando la disposición de los vestuarios, programando capacitación de sensibilización para entrenadores, evaluando quién dormirá en qué sitio en las excursiones escolares y reconsiderando códigos de vestimenta para los más grandes a fin de cumplir con una ley que manifiesta los derechos de los estudiantes transgénero en educación primaria y secundaria que entrará en vigor en el estado.

 

Pero administradores, consejeros, profesores e integrantes de las juntas escolares están observando y esperando. La ley, la primera que requerirá a las escuelas públicas permitir a los niños utilizar instalaciones segregadas por sexo y participar en actividades de su preferencia específicas del género, podría ser suspendida a días de que entre en vigor el 1 de enero si un referendo para anularla califica para las votaciones de noviembre.

 

Para que la gente pueda votar por la ley, que fue aprobada por la legislatura y promulgada por el gobernador Jerry Brown, una coalición de grupos conservadores llamada Privacidad para Todos los Estudiantes, ha juntado cientos de miles de firmas. Los condados tienen hasta el 8 de enero para verificarlas a través de un sistema aleatorio.

 

Dependiendo de cuántas firmas sean encontradas válidas, el secretario de estado aprobará el referendo, determinará si fracasó u ordenará que se revise cada firma.

 

“No sabemos qué va pasar cuando los niños regresen de sus vacaciones navideñas“, dijo el senador republicano Steve Knight, quien votó contra la ley. “¿Vamos a tener niñas de 15 años platicando en el baño mientras entra un niño?, ¿qué harán?, ¿gritar?, ¿correr?”.

 

La Asociación de Juntas Escolares de California está actuando bajo la premisa de que la ley se impondrá y que incluso si no, existen leyes estatales y federales contra la discriminación, así como las normas de la Federación Interescolar de California que datan de años y bajo las cuales lo atletas pueden solicitar jugar en un equipo que no corresponda con su sexo biológico y que ya cumplen las escuelas para acomodar a los estudiantes transgénero.

 

La asociación ha aconsejado a las escuelas manejar las solicitudes caso por caso y con la participación de los padres de ser posible, pero también estar preparadas para hacer arreglos particulares tanto para los estudiantes transgénero como para los alumnos que se nieguen a estar en los vestuarios con ellos.

 

Pero una madre de familia, Christy Musser planea sacar de las escuelas públicas del sur de California a dos de sus tres hijos. El mayor se quedará en una preparatoria, donde le falta un año para graduarse pero dijo que su hija que está en octavo grado se siente tan incómoda ante la posibilidad de que un estudiante transgénero comparta con ella el baño o el vestidor, que eso la llevó a distribuir panfletos acerca del referendo en la escuela.

 

El presidente de la junta escolar de San Diego, Kevin Beiser, dijo que esos temores son infundados. Ante la ausencia de una guía general para conducirse sobre este tema a nivel estatal, las escuelas lo han abordado “de una forma muy cuidadosa y compasiva desde hace muchos años”, dijo.