Con las reformas estructurales aprobadas México logrará aumentos adicionales en su nota soberana que lo llevarán al selecto grupo de países con calificación crediticia de “A”, pero hasta el año 2016, anticipó Grupo Financiero Banorte.
En un análisis, recordó que el 19 de diciembre pasado Standard & Poor´s (S&P) aumentó la calificación de la deuda soberana de México a “BBB+” de “BBB” previo, la cual fue la más reciente alza a la nota del país.
Apuntó que la reacción del mercado a esta acción fue moderada pues muchos de los inversionistas ya habían descontado un aumento en el “rating”, particularmente después de que Fitch aumentara la calificación de México país a “BBB+” en mayo de 2013, antes de la aprobación de las reformas fiscal y energética.
Descartó que Fitch realice pronto otro aumento en la calificación de México, porque los analistas de la evaluadora han expresado públicamente que mejoraron el “rating” de la deuda soberana mexicana bajo el supuesto de que el gobierno aprobaría reformas estructurales que mejorarán las finanzas públicas.
En el caso de la agencia calificadora Moody´s, comentó que ésta ha mostrado un adelanto de dos años respecto a Fitch y S&P en relación a mejoras en el “rating” de México en los últimos años, por lo que “no nos sorprendería que pudiéramos ver una mejora en la calificación pronto, siendo la primera en concedernos el grado de ?A?”.
“Nos mostramos optimistas sobre los impactos que tendrán las reformas estructurales recientemente aprobadas, sin embargo, creemos que tomará algo de tiempo observar un cambio significativo en la fortaleza de las finanzas públicas en México”, añadió.
Explicó que ello significa incrementar la recaudación de impuestos no petroleros, los cuales se encuentran actualmente en menos de 15 por ciento del PIB, así como reducir la dependencia de las cuentas del gobierno a los ingresos petroleros.
No obstante, afirmó que después de las reformas estructurales aprobadas recientemente México logrará observar aumentos adicionales en su calificación que lo lleven al selecto grupo de las “A´s”, pero lo realmente importante es cuándo pudiera suceder esto.
“De esta manera, consideramos que México no será un país con calificación de “A” sino hasta el año 2016, pero se encuentra en el sendero correcto”, destacó Banorte.
La institución financiera expuso que ya han transcurrido cerca de 12 años desde que la deuda soberana mexicana alcanzó el “grado de inversión”.
Indicó que el 15 de enero de 2002 Fitch aumentó la calificación crediticia de México a “BBB-” de “BB+” previo, uniéndose a Moody´s quien había hecho lo propio antes, incrementando el rating de México a “Baa3”, con lo cual se alcanzó el tan importante status de grado de inversión por parte de dos de las principales agencias calificadoras.
Señaló que, más tarde, la calificación crediticia continúo mejorando a “BBB/Baa2” y después a “BBB+/Baa1” entre 2005 y 2007.
Desafortunadamente, acotó, la disminución en la producción de petróleo durante el periodo 2006-2009 (de 3.5 a 2.5 millones de barriles diarios), así como la alta dependencia de los ingresos petroleros por parte del gobierno (35 por ciento), influyeron para que Fitch y S&P disminuyera la calificación de México en un nivel a “BBB”, y en aquel momento Moody´s optó por mantener la calificación de Baa1.
Expuso que en la actualidad han surgido comentarios relacionados a que las agencias calificadoras han perdido credibilidad después de lo que sucedió con los créditos respaldados por hipotecas con métricas de AAA que finalizaron como bonos “basura”, igual que algunas calificaciones elevadas de países europeos que terminaron en default.
En ese contexto, las inversiones de varios fondos globales importantes así como aquellas de fondos de cobertura no actúan en función de las calificaciones crediticias como lo hacían antes.
Como resultado, agregó, muchos inversionistas se han preguntado la importancia de seguir las calificaciones crediticias, pero para Banorte, estas mediciones siguen siendo importantes, ya que en gran medida determinan una gran cantidad de flujos de inversión.
Por ejemplo, refirió, existen muchos fondos de inversión alrededor del mundo que construyen sus portafolios de acuerdo a criterios de calificación soberana que son consistentes con los mandatos de sus clientes.