EL VATICANO. Una delegación del gobierno sirio entregó hoy a las autoridades del Vaticano un mensaje que el presidente de Siria, Bachar al Asad, envió al papa Francisco, quien se muestra muy activo en la exigencia de una solución pacífica al conflicto armado de ese país.
Mediante un comunicado, la Santa Sede informó de que el mensaje fue entregado por una delegación del Gobierno sirio en una audiencia mantenida este sábado con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, y el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, Dominique Mamberti.
La entrega de este mensaje llega después de que el pasado 25 de diciembre, día de Navidad, Francisco dedicara una particular atención al conflicto sirio en la primera bendición “Urbi et Orbi” (A la ciudad y al mundo) de su Pontificado, que comenzó el pasado marzo.
“Sigamos rezando al Señor para que el amado pueblo sirio se vea libre de más sufrimientos y las partes en conflicto pongan fin a la violencia y garanticen el acceso a la ayuda humanitaria”, dijo el pontífice argentino.
La cuestión siria fue abordada por Francisco en la audiencia privada que mantuvo en el Vaticano con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, el pasado 25 de noviembre, en la que ambos apostaron por la vía de la negociación, que incluya a las distintas facciones étnicas y religiosas, para lograr una solución pacífica.
En la audiencia, “se subrayó la urgencia del cese de la violencia y de hacer llegar la asistencia humanitaria necesaria a la población, así como de favorecer iniciativas concretas para una solución pacífica del conflicto, que privilegie la negociación e implique las distintas facciones étnicas y religiosas, reconociendo su papel imprescindible en la sociedad”, según informó el Vaticano.
El mandatario ruso agradeció además al pontífice la carta que envió con motivo de la cumbre del G20 de San Petersburgo el pasado septiembre para pedir que se evitaran “soluciones militares” en Siria, uno de los conflictos armados actuales que más presentes tiene Francisco.
De hecho, el pasado 7 de septiembre, presidió una vigilia de oración en la plaza de San Pedro del Vaticano para pedir la paz en Siria, en una jornada de ayuno convocada seis días antes durante el rezo del Ángelus con el fin de promover un examen de conciencia sobre el compromiso para evitar los estragos de la guerra.