Aniversario_EZLN_Chiapas-12

Foto: Archivo |Cuartoscuro

 

San Cristóbal de las Casas, Chiapas. El alzamiento zapatista cumple mañana su vigésimo aniversario con asignaturas pendientes, en medio de celebraciones privadas y promesas de que, aunque las armas estén calladas, “la lucha seguirá”.

 

El 1 de enero de 1994 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se alzó en armas en el estado de Chiapas, en contra de la marginación de las poblaciones indígenas de la región.

 

Sólo hubo combates durante doce días, con un saldo de unos 300 muertos entre los dos bandos, la toma e incendio de siete alcaldías y de cuatro cárceles y el desplazamiento de unas 25 mil personas.

 

El cese al fuego unilateral fue decretado el 12 de enero de ese año por el entonces presidente mexicano, Carlos Salinas, lo que dio inicio a un proceso de paz en dos mesas de diálogo, hasta los acuerdos de San Andrés de 1996.

 

Aunque estos acuerdos no se han cumplido por razones políticas y legales, sí existe un alto grado de autonomía en medio centenar de municipios de Chiapas regidos por los zapatistas y administrados por cinco “Juntas de Buen Gobierno”.

 

“Ahora el Gobierno ya no entra a nuestras comunidades, ni los militares o la policía, como antes, cuando hacían lo que querían”, dice el indígena Antonio López Jiménez, de la comunidad de Patate, en el municipio chiapaneco de Ocosingo.

 

El indio tseltal, simpatizante y pariente de quienes participaron hace veinte años en ese conflicto armado, recuerda que a él mismo lo detuvieron antes de la insurrección, y después se enteró del resultado y de la muerte de varios de sus compañeros.

 

Entre los beneficios logrados citó el hecho de que los pobladores de las comunidades controladas por los zapatistas trabajan sus propias tierras, mientras que antes eran peones de terratenientes de la comarca.

 

Pero, aún así, se mantienen los altos niveles de pobreza en las zonas autónomas, donde los zapatistas se cierran a cualquier asistencia y colaboración del Estado en sectores como la salud y la educación, con el fin de preservar su identidad cultural.

 

La celebración del 20 aniversario del alzamiento zapatista se hará en privado. A la prensa se le ha prohibido el paso a una serie de actos que se llevarán a cabo en las próximas horas y en los que se espera participen unos dos mil activistas y simpatizantes.

 

Todos ellos han venido asistiendo desde hace una semana a una serie de cursos impartidos por el EZLN que versan sobre “la libertad según los zapatistas”.

 

Las clases las reciben los alumnos durante 5 días y busca conocer la vida autónoma de las comunidades en la llamada “Escuelita zapatista”, que es la más reciente iniciativa del movimiento.

 

El portavoz del EZLN, “Subcomandante Marcos”, que lleva años sin aparecer en público, ha difundido en los últimos días dos comunicados, repletos de sus habituales reflexiones personales, en los que hace alusión a este vigésimo aniversario.

 

“Para las encapuchadas y encapuchados de acá, la lucha que vale no es la que se ha ganado o perdido, es la que sigue, y para ella se preparan los calendarios y las geografías”, dijo en uno de esos comunicados.

 

“No hay batallas definitivas, ni para vencedores ni para vencidos. La lucha seguirá, y quienes ahora se regodean en el triunfo verán derrumbarse su mundo”, aseveró “Marcos”.

 

En estos veinte años, el EZLN ha tenido al menos diez iniciativas civiles. Poco a poco ha ido rompiendo su comunicación con el Gobierno de turno, ha excluido a quienes lo criticaban y se ha venido distanciado de los curiosos que intentaban aproximarse a él.

 

El movimiento ha emitido seis declaraciones desde la Selva Lacandona, media docena de alertas rojas durante los Gobiernos de los cinco presidentes que ha habido desde 1994, con los que el ELZN mantiene “suspendido” el diálogo de paz abierto hace veinte años.

 

Ahora se busca “reconstruir” hasta “niveles dignos” la confianza entre zapatistas y el Gobierno, según dijo el comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas del Gobierno federal, Jaime Martínez Veloz.

 

“El año 2014 debe ser el de las definiciones en las reformas indígenas que reclama el país”, agregó.