SAN SALVADOR. El presidente salvadoreño, Mauricio Funes, visitó ayer la zona afectada por la erupción del volcán Chaparrastique, mientras autoridades atendieron a miles de evacuados, evaluaron los daños y advirtieron que persiste la amenaza del coloso para la población.
El volcán, situado en el departamento oriental de San Miguel, arrojó el domingo una gran nube de ceniza que alcanzó entre cinco y diez kilómetros de altura y se extendió por varias zonas del país centroamericano.
Al menos dos mil 214 personas evacuadas por la erupción se encuentran en 13 albergues en la ciudad de San Miguel y otras localidades cercanas, donde reciben alimentos, medicamentos y otras ayudas, según el director de Protección Civil, Jorge Meléndez.
Aunque no ha habido otra erupción, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) advirtió este lunes en un comunicado de que se mantiene una situación de riesgo para la población que transita o habita en los alrededores del volcán.
En las últimas horas, el Chaparrastique lanzó una emanación de gases con un leve contenido de ceniza, que se elevó aproximadamente 300 metros sobre el nivel del cráter, señaló el comunicado.
“No se descartan episodios eruptivos a través del cráter central o sus flancos”, advirtió el MARN, que insistió en que la población atienda las medidas preventivas de Protección Civil y otras autoridades.
La viceministra salvadoreña de Medio Ambiente, Lina Pohl, advirtió que la amenaza del Chaparrastique no ha pasado porque es un volcán tremendamente activo, el más activo de El Salvador, donde hay otros siete colosos en actividad.
Pohl refirió que el Chaparrastique ha tenido unas 26 erupciones en los últimos 300 años y que la última, en 1976, se mantuvo varias semanas.
El presidente Funes visitó este lunes varios albergues y la zona afectada para “conocer de primera mano” la situación, según dijo.
Las autoridades han reportado hasta el momento sólo daños materiales menores, principalmente afectaciones por la caída de ceniza.
Las cenizas también cubrieron cultivos agrícolas, sobre todo plantaciones de café de las faldas del volcán y de lugares cercanos, lo que podría ocasionar un gran problema, dijo a periodistas el presidente de la Asociación Cafetalera de El Salvador, Sergio Ticas.
Funes indicó en San Miguel que ha instruido al Ministerio de Agricultura y Ganadería para que evalúe los daños sufridos por el sector agrícola, principalmente de los cafetales.
El café es el principal producto de exportación de El Salvador, que en la cosecha pasada obtuvo 251.78 millones de dólares por las exportaciones del grano, ahora afectadas por la bajada de los precios y la plaga de la roya que podría afectar en la actual cosecha hasta el 50% de las plantaciones, según datos del gremio.
El agua potable no ha sido afectada, según la estatal Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados, aunque las cenizas cayeron en quebradas, ríos y lagos, entre otros lugares de la zona de la erupción.
Las autoridades salvadoreñas mantienen alerta naranja o de alto riesgo en la zona del volcán y alerta amarilla o preventiva en el resto del país.