YUBA, Sudán del Sur. Rebeldes que luchan contra el gobierno de Sudán del Sur tomaron casi por completo el martes una ciudad estratégica del país, incluso mientras las autoridades anunciaban que los representantes del gobierno y los rebeldes accedieron a negociar por primera vez.

 

El anuncio sobre las negociaciones que pronto comenzarían en la vecina Etiopía fue el primer avance político desde que surgió la violencia entre las diferentes etnias del país el 15 de diciembre. Los enfrentamientos han costado la vida de más de mil personas, una estimación baja según algunos, y han hecho que choquen dos de los grupos étnicos más poderosos del país.

 

El enviado de Estados Unidos para la región, Donald Booth, se reunió con el presidente Salva Kiir el martes, su cuarta reunión en ocho días, y habló por teléfono con el ex vicepresidente Riek Machar, quien fue acusado por el gobierno de dar un golpe de Estado, lo cual niega.

 

Booth dijo a reporteros en la capital Yuba que el compromiso para reunirse con ambas facciones fue un “primer paso, pero un paso muy importante”, para lograr el cese de las hostilidades y una negociación sustancial para resolver los asuntos políticos de fondo que podrían terminar con la violencia.

 

Horas antes, un fuerte enfrentamiento surgió en Bor, la asediada capital del estado de Jonglei, la cual se encuentra cerca de Yuba. Tropas oficiales combatieron contra rebeldes leales a Machar, incluyendo la milicia de la tribu nuer conocida como el Ejército Blanco, dijo el vocero militar Philip Aguer.

 

El gobierno de Sudán del Sur había advertido de una inminente batalla por Bor, diciendo en algún momento que 25.000 jóvenes armados avanzaban hacia la ciudad. La cifra se redujo después, pero hubo suficientes rebeldes el martes para tomar el control de casi toda la ciudad, dijo un importante funcionario estadounidense quien pidió permanecer en anonimato.

 

Bor es la ciudad donde un tiroteo impactó a tres aeronaves del ejército estadounidense que trataban de evacuar a ciudadanos de Estados Unidos el 21 de diciembre, hiriendo a cuatro militares estadounidenses. Un comandante pro-Machar, quien desertó del ejército de Sudán del Sur, Peter Gadet, movilizó “elementos del Ejército Blanco” en un intento por retomar la ciudad, según Aguer. El Ejército Blanco, se llama así por las cenizas que se ponen sus combatientes en el cuerpo para protegerse de las picaduras de insectos.

 

La recaptura de Bor, que está a sólo 120 kilómetros (75 millas) de Yuba le podría dar una ventaja a Machar en las mesas de negociación. Pero las autoridades internacionales instaron a Machar a no mover sus tropas más allá de Bor, hacia la capital, dijo un funcionario internacional que insistió en permanecer en anonimato por no estar autorizado para hacer declaraciones a la prensa.

 

Por ahora parece que Machar está enviando a sus representantes a negociar incluso aunque una de sus primeras demandas, que una decena de prisioneros políticos prominentes fuera liberada, no ha sido cumplida. Machar no ha vuelto a pedir que Kiir renuncie a la presidencia, agregó el funcionario estadounidense.

 

Sudán del Sur ha sido sacudido por la violencia desde el 15 de diciembre, cuando un enfrentamiento entre guardias presidenciales se extendió por el país. Aunque Yuba ha recuperado la calma, la violencia persiste en otras partes del país del este de África. Fuerzas rebeldes aún controlan Bentiu, una ciudad donde se produce petróleo, dijo Aguer.

 

La semana pasada los líderes regionales del bloque conocido como IGAD dijeron que el martes era el límite para iniciar las negociaciones.

 

Aunque Kiir insiste en que la violencia fue desatada por un intento de golpe lanzado por soldados leales a Machar, esa versión ha sido disputada por algunos funcionarios del parrido gobernante, que dijeron que todo comenzó cuando guardias presidenciales de la tribu mayoritaria dinka, a la que pertenece Kiir, trataron de desarmar a guardias del grupo étnico nuer, al que pertenece Machar.