Para la cúpula empresarial del país, luego de 20 años de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), es el momento oportuno para replantear, fortalecer y relanzar este instrumento económico, porque todavía son muchas las áreas de oportunidad para la región.

 

El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) considera que aunque dicho acuerdo comercial “ha entrado a una fase de relativo estancamiento”, las condiciones están dadas para detonar un vigoroso repunte de la competitividad y el dinamismo económico de la región que compartimos.

 

En su mensaje semanal, asegura que es la ocasión para trascender de la integración comercial a una efectiva integración productiva.

 

Expone que si bien se han cumplido objetivos centrales de estimular el comercio y la inversión, son muchas las áreas de oportunidad.

 

El organismo empresarial destaca la importancia de una visión compartida y una agenda clara de líneas estratégicas, donde el desarrollo regional y la participación de los gobiernos estatales serán fundamentales.

 

En ese sentido, mencionó la trascendencia de trabajar por una mejor conectividad, corredores logísticos y mayor cooperación en educación e innovación.

Además, añade, es necesario buscar una mayor coordinación en negociaciones internacionales, con una agenda comercial conjunta más proactiva respecto a regiones como Asia, y particularmente China.

 

“Queremos facilitar el comercio, con procedimientos más rápidos y armonización regulatoria, como el reconocimiento de normas técnicas, ventanas especiales y trato preferencial recíproco entre agencias”, plantea.

 

El CCE afirma en este sentido que la inversión en infraestructura es clave, en especial la fronteriza, donde se requiere agilizar el transporte terrestre, marítimo y aéreo, con procesos aduanales más eficientes, dado que el comercio se multiplicó por siete y el número de cruces casi se mantiene estancado.

 

Otro tema fundamental, añade, es apoyar a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) para que se incorporen al comercio y a los negocios bilaterales, directamente y en las cadenas de suministro.

 

Sostiene que la oportunidad de actualizar al TLCAN, en línea con esos y muchos otros retos, es una ocasión inmejorable para incidir en el progreso de nuestros pueblos.

 

“A sus 20 años, este tratado da para mucho más de lo que hasta ahora ha aportado”.

 

El 2014 será un año clave en el que se debe trabajar con visión y celeridad, con el propósito de afianzar las bases para que América del Norte sea la región con más empuje económico del mundo, concluye.