ATENAS. Grecia asumió la presidencia rotatoria de la Unión Europea, un semestre en el que se ha propuesto demostrar que estar bajo la tutela de los acreedores (toika) no impide progresar en asuntos comunitarios relevantes como el crecimiento y el empleo, la unión bancaria o la inmigración.

 

“En el 2014, Grecia volverá a los mercados y comenzará a ser un país normal”, dijo el primer ministro Antonis Samaras en un discurso de Año Nuevo televisado. “Tras seis inacabables y penosos años, el 2014 anunciará la perspectiva de crecimiento. Lo importante es que hemos evitado lo peor”.

 

Sin embargo, Grecia no ha logrado escapar de la pesada inercia de la crisis económica: con casi la mayor parte de los 240 mil millones de euros en créditos de rescate abonados, Grecia sigue teniendo una deuda soberana insostenible, encara la amenaza de renovada inestabilidad política, con más de uno de cada cuatro ciudadanos en desempleo y se encamina paulatinamente hacia la pobreza.

 

Por lo que toca a asuntos políticos, la simpatía hacia el partido del Amanecer Dorado (ultra derecha) escala hasta el 10% en la intención de voto pese al encarcelamiento de sus líderes por cargos de actividad criminal y una grabación recientemente dada a conocer que muestra a directivos del partido dando la bienvenida a nuevos miembros con saludos nazis.

 

En su mensaje de apertura de la presidencia, el ministro de Exteriores, Evángelos Venizelos, señaló que “Grecia asume la presidencia de la UE con un fuerte sentido de responsabilidad hacia sus socios y todos los ciudadanos europeos. Los próximos seis meses serán un hito no sólo para Grecia, que está en camino de salir de la crisis gracias a los duros sacrificios del pueblo griego, sino también para la Unión en su conjunto”.

 

En las últimas semanas han sido muchas las voces que han puesto en duda la capacidad para coordinar los trabajos de la UE de un país tan centrado en resolver sus acuciantes problemas.

 

El Gobierno ha asegurado que sabrá estar a la altura de su responsabilidad y que el hecho de tener a la troika periódicamente ‘in situ’ no será obstáculo alguno.

 

Si bien el papel de toda presidencia es la de ejercer de “moderador” entre los países miembros, Grecia ha puesto claramente el acento en asuntos que preocupan sobre todo al Sur: la unión bancaria, la política de inmigración, la lucha contra el desempleo juvenil y la política marítima.

 

Bajo la presión de las elecciones europeas a finales de mayo la presidencia, sin embargo, deberá apurar el temario.

 

En una reciente entrevista, el viceministro de Exteriores y responsable de Asuntos Europeos, Dimitris Kúrkulas, sostuvo que, pese a ser consciente de las limitaciones que impone el calendario, Grecia está decidida a avanzar sustancialmente en las citadas prioridades.

 

Además, juega con la ventaja de que los flecos pendientes podrán ser asumidos en el segundo semestre por otro país del sur, Italia, que toma las riendas de la UE a partir del 1 de julio.

 

El tema cardinal de esta presidencia helena será sacar adelante todas las medidas aprobadas en relación con el fomento del crecimiento y el empleo, sobre todo las que están encaminadas a luchar contra el desempleo juvenil, la principal lacra de países como España o Grecia.

 

Kúrkulas afirmó que el Gobierno de Atenas “apoya plenamente” la propuesta del Parlamento Europeo de desembolsar los 6 mil millones de euros reservados para programas de empleo juvenil en los dos próximos años en lugar de repartirlos por todo el periodo presupuestario (2014-2020).