Daniel Calleja, presidente del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), pide no echar las campanas al vuelo por la aprobación de las reformas estructurales, porque los beneficios se verán en el mediano y largo plazo.

 

“En 2014 no debemos echar las campanas al vuelo, ya que desde el punto de vista objetivo del IMEF sin ninguna tendencia partidaria y sectorial se aprobaron las reformas posibles y hay algunas que no cubrieron las expectativas como la reforma hacendaria”, afirma.

 

El año pasado fue intenso al avalarse una serie de reformas estructurales que tendrán una repercusión al crecimiento económico, pero no será en lo inmediato, comenta a 24 HORAS.

 

“Sentaron las bases para que haya un crecimiento, pero hay que verlo con cautela por la falta las leyes secundarias de la reforma energética”, expresa.

 

PROYECTAN CRECIMIENTO

 

Durante el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto se aprobaron las reformas energética, telecomunicaciones, educativa, laboral, competencia económica, financiera y hacendaria.

 

“Se estima que la implementación de las reformas estructurales incrementará el crecimiento potencial de la economía mexicana de cerca de 3.5% en su nivel inercial a 5.3% hacia el 2018”, revela el decreto del Programa Nacional de Financiamiento 2013-2018 publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

 

“El crecimiento adicional que se tendría entre 2015 y 2018 podría traducirse en una generación adicional de más de 300 mil empleos formales por año, por lo que la generación de empleo superaría el millón de plazas anuales en el escenario de crecimiento potencial”, expone el documento elaborado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

 

“No vamos a ver los efectos de la reformas aprobadas por el Congreso de la Unión en 2014, pero sí a inicios de 2015 se dará la reducción del precio del gas y la luz eléctrica”, señala el representante de los principales ejecutivos de este país.

 

Una de las variables a favor son los cambios al sector energético, los cuales fueron aprobados con la finalidad de crear condiciones para la atracción de inversión extranjera directa en capital y tecnología, y mejorar los costos de energía en México, dice.

 

“No vemos un riesgo por la aprobación de las reformas, a pesar de lo difícil que son las manifestaciones de algunos grupos de la Coordinadora Nacional de la Educación”, manifiesta Calleja.

 

La reforma hacendaria es contracíclica y con medidas que de alguna u otra forma desalentarán las inversiones en algunos sectores económicos de este país y afectará en algunos puntos base en el crecimiento económico de México, advierte.

 

“Debemos ser muy vigilantes para que se vayan aterrizando en las leyes secundarias de las reformas aprobadas”, manifiesta.

 

ASIGNATURA PENDIENTE

 

— ¿El IMEF ve riesgos por la aparición de las autodefensas, la guerrilla y la inseguridad?

 

— El gobierno tiene la asignatura pendiente de la inseguridad, pues debe tomar medidas para que se vaya resolviendo el problema. Hay indicios sobre todo en estos días de que al gobierno le está fallando esa parte y sí sentimos que no se deben subestimar este tipo de manifestaciones que menciona. De momento como un riesgo social no lo vemos, sí tiene que darle una solución el gobierno y como sociedad debemos estar al pendiente de cómo resolver el tema de inseguridad.

 

“México está inmerso en una economía global y hay elementos que siempre están subyacentes a los que tenemos que estar al pendiente”, subraya Calleja.

 

Las autoridades mexicanas deben estar al pendiente de la recuperación económica, de la política monetaria y el precipicio fiscal en Estados Unidos, así como si salen de sus problemas financieros varias naciones de la zona euro y del comportamiento de economías como China y Japón, comenta.

 

“Son variables exógenas de las que se debe cuidar México en 2014”, expresa el presidente del IMEF.

 

La economía mexicana tendrá un crecimiento de entre 3.2% y 3.5% este año, luego de la desaceleración mostrada en 2013, cuando el producto interno bruto (PIB) será de apenas 1.2%, adelanta.

 

“A finales de 2012 había una expectativa del gobierno mexicano que se crecería más de 3.5%, pero el indicador se fue corrigiendo a lo largo de 2013 por tres factores”, recuerda.

 

La crisis de la industria de la construcción, el retraso del gasto gubernamental y los resultados incipientes del mercado estadounidense, principal socio comercial de México, pegaron fuerte en la evolución del crecimiento económico del año pasado, añade Calleja.