El portavoz del EZLN, Subcomandante Marcos, llevaba años sin aparecer en público, pero en los últimos días ha difundido comunicados repletos de sus habituales reflexiones personales.

 

“Para las encapuchadas y encapuchados de acá, la lucha que vale no es la que se ha ganado o perdido, es la que sigue, y para ella se preparan los calendarios y las geografías”, dijo en uno de esos comunicados.

 

“No hay batallas definitivas, ni para vencedores ni para vencidos. La lucha seguirá, y quienes ahora se regodean en el triunfo verán derrumbarse su mundo”, aseveró.

 

Al cumplirse 20 años del levantamiento del EZLN, ha tenido al menos diez iniciativas civiles y poco a poco ha ido rompiendo comunicación con el Gobierno federal, ha excluido a quienes lo criticaban y se ha venido distanciado de los curiosos que intentaban aproximarse a él.

 

En los últimos años se ha difundido la versión de que Marcos padece cáncer de pulmón, lo cual ha sido desmentido por el EZLN.

 

El movimiento ha emitido seis declaraciones desde la Selva Lacandona, media docena de alertas rojas durante los Gobiernos de los cinco presidentes que ha habido desde 1994, con los que el ELZN mantiene “suspendido” el diálogo de paz abierto hace 20 años.

 

Replegado mediáticamente desde que encabezó la Otra Campaña, en 2005 y 2006, el Subcomandante Marcos o Rafael Guillén Vicente se guareció en las montañas de Chiapas catapultando como el nuevo líder visible al subcomandante insurgente Moisés e intentando en los últimos años que sean las bases de apoyo las que hablen y los miembros de la Comandancia General del Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CG-CCRI).

 

Moisés es un indígena tzeltal. Le tocó coordinar el levantamiento armado en la región tojolabal de Las Margaritas. Fue conocido públicamente el 16 de febrero de 1994 cuando el EZLN entregó al exgobernador chiapaneco, el general en retiro, Absalón Castellanos Domínguez, tras ser sometido a un juicio popular por el grupo armado.