El coche en el que viajaba el actor de la saga “Rápido y Furioso”, Paul Walker, circulaba a más de 160 kilómetros por hora cuando se produjo el accidente que le costó la vida, y el impacto le provocó quemaduras tan graves que no pudo ser identificado visualmente, indicó hoy el informe de su autopsia.
Walker, de 40 años, viajaba el pasado 30 de noviembre en un Porsche Carrera GT rojo conducido por su amigo Roger Rodas, un empresario y piloto de carreras oriundo de Santa Ana (El Salvador), quien perdió el control del vehículo y murió en el acto.
El automóvil se incendió tras chocar contra un poste del alumbrado público y un árbol en la comunidad de Valencia, situada en la ciudad de Santa Clarita, y sus dos ocupantes murieron poco después por “traumatismos y quemaduras múltiples“, según el informe publicado hoy por la Oficina del Forense del condado de Los Ángeles.
Walker sufrió múltiples fracturas en sus brazos, rostro y costillas y quedó irreconocible debido a las quemaduras, mientras que Rodas registró heridas similares y se fracturó el cráneo, explicó el informe forense.
El impacto tuvo tal fuerza que casi partió el vehículo en dos, y los cuerpos de sus dos ocupantes fueron hallados en una “posición pugilística“, quizá para protegerse del golpe, añadió el documento.
El pasado 4 de diciembre, un informe de autopsia preliminar ya determinó que Walker falleció como consecuencia de “traumatismos y quemaduras”, pero hasta ahora la Oficina del Forense no había determinado la velocidad a la que circulaba el vehículo ni cómo se produjo el impacto.
El vehículo se dirigía hacia el este cuando, según mostraron las huellas de derrape en la calzada, perdió el control, dio varios giros, impactó contra la acera y la puerta del conductor se chocó contra el árbol y el poste del alumbrado público, según el informe.
“La fuerza de esas colisiones causó que el vehículo girara 180 grados (…) y el lado del copiloto del vehículo se chocó entonces contra un árbol y el vehículo se prendió en llamas”, indicó.
El deceso de Walker obligó al estudio Universal a suspender la producción de la séptima entrega de la saga “Rápido y Furioso” pero, según informó hoy The Hollywood Reporter, tiene previsto reanudarla próximamente y ya parece haber decidido qué hacer con el personaje del fallecido actor.
En lugar de provocar la muerte al personaje, Brian O’Conner, los responsables de la franquicia prevén hacer que se retire, con el fin de aprovechar las escenas que Walker ya filmó para la séptima entrega de la saga antes de su muerte, según fuentes cercanas a las conversaciones citadas por la publicación especializada.
La película tenía como fecha prevista para su estreno el 11 de julio de este año, pero su llegada a los cines se ha retrasado ocho meses debido al suceso.