En sólo trece meses, un poco más del año que terminó, el Congreso mexicano aprobó 16 reformas estructurales para ‘modernizar’ a México.
En el lapso hubo grandes discusiones entre el Ejecutivo y los Legisladores, ya senadores o diputados: jaloneos; indignaciones; como en sainete, entradas y salidas de escena de actores políticos; acusaciones, acuerdos en lo oscurito; piquetes de ojos; llaves quebradoras…: Se aprobaron las reformas.
México comienza una nueva ronda generacional: digamos que la de las interrogantes; la de ¿hacia dónde vamos? ¿Quién nos conduce? ¿Qué pasa aquí?…
Para contestar, nos encontramos una primera piedra en el camino: ¿Quién nos representa? ¿Quién representa la voluntad de la mayoría de mexicanos, que en democracia es toral? ¿Quién está ahí para salvar nuestro pellejo, para salvarnos de la tragedia nacional, para salvar nuestra casa-comida-sustento-solaz? ¿Para darnos un futuro feliz?
Se supone que en gran medida son Diputados y Senadores. Estos 628 representantes nacionales llegaron a ocupar tanto escaños como curules a través de 7 partidos políticos ‘nacionales’: PRI; PAN; PRD; PVEM; MC y PANAL.
Y son estos siete partidos por los que 50.1 millones de mexicanos fueron a las urnas el primer domingo de julio de 2012, con una abstención nacional de 37% de una lista nominal de 79.2 millones de empadronados…
Este sistema de partidos costó a los mexicanos que tienen trabajo y generan riqueza nacional 27 mil 120 millones de pesos tan sólo en 2012, lo que incluye a los partidos y al IFE e Institutos Electorales Estatales y Tribunales de lo Electoral, que están ahí para cuidarle las manos a los partidos políticos.
[Según la Fundación Internacional para Sistemas Electorales, México es el país de Latinoamérica en el que el voto de cada ciudadano es el más caro: 17.24 dólares por votante (en base a la cantidad de recursos entregados a los partidos políticos). El segundo puesto en voto más caro es Costa Rica, con 8.5 dólares por voto y República Dominicana con 6.8 dólares votante…]
Esto significa una gran responsabilidad hacia nosotros por parte de los Partidos Políticos, que es decir, sus dirigentes, su estructura, sus empleados, militantes y ad lateres. Lo saben bien César Camacho, presidente del CEN del PRI; Gustavo Madero, del PAN y Jesús Zambrano del PRD… además de los dirigentes de los partidos abajo firmantes.
Y esto significa que durante las gestiones legislativas para aprobar o no las reformas propuestas por el Ejecutivo, un mínimo de decoro indicaba que hubieran informado a sus representados, al detalle, el significado y alcances objetivos de cada reforma y que, luego, se les hubiera consultado para conocer su voluntad del ‘si’ o ‘no’ de la aprobación en temas de tal trascendencia. Y obedecer. A final de cuentas los legisladores ‘son nuestros representantes’ y nosotros la mayoría…
En realidad no son nuestros representantes. O no lo son de la mayoría. Muchos de ellos llegaron a la posición legislativa como parte de un sistema de cobro y pago, un sistema político mexicano que da y quita, que premia, que castiga, pero siempre a los mismos y a quienes subsisten y conviven en el ámbito exclusivo de su filiación partidaria.
A la mayoría de ellos, de nuestros representantes, no los elegimos para que nos representaran. Nos los impusieron. Los deciden al interior de su instituto político como cuota de partido; por su ‘consecuencia’, por su ‘resistencia’, por su ‘solidaridad’, ‘por ser hijo de quien es’ por su decir ‘si’ a todo… y muchas veces por su abyección.
No tenemos escapatoria a una dictadura de partidos.
Así que, nuestros representantes decidieron lo que mejor convenía a sus intereses de gremio e individuales. Hedonismo político en marcha.
En el año de las reformas se votó por ellas en un ambiente adverso aquí: Lo dicho: Aumento de desempleo a 5.2 de la PEA (2.7 + 17 millones de desempleados); crecimiento económico que era de 3.5% a poco más de 1% al fin del año. Cargas fiscales al alza. Mala educación. Migración. Violencia criminal al alza. La prensa internacional que apretó las tuercas y que repudiaba a Enrique Peña Nieto al comienzo de su gobierno hoy le aplaude y lo hace ‘hombre del año’ e ‘influyente mundial’. El ‘Pacto por México’ duró un suspiro…
Los presagios para 2014 son malos. Llega el tiempo para recoger las varas. Ya sabremos si las promesas tienen cumplimiento o no; si nuestros legisladores legislaron o levantaron el dedo; si el empleo aumenta; si la inflación disminuye; si la economía se rescata… si hay seguridad en México y un plato de sopa caliente en la mesa y un libro en las manos: para todos.
…Si cambia el sistema de partidos para que la democracia se consolide y los partidos políticos sean eso: interlocutores entre gobierno y la voluntad de los gobernados, si no: no.
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