BAGDAD. Una oleada de atentados con bombas sacudió el domingo Bagdad, donde murieron al menos 20 personas, dijeron funcionarios, en lo que constituye la ofensiva más reciente de extremistas que combaten a las fuerzas del gobierno y las tribus aliadas de éste en el occidente del país.
El ataque con el mayor número de víctimas ocurrió en el norteño barrio chií de Shaab debido al estallido simultáneo de dos automóviles cargados de explosivos cerca de un restaurante y una casa de té. Diez personas murieron y 26 resultaron heridas en este atentado, según funcionario.
Un coche estacionado estalló en el distrito occidental chií de Ciudad Sadr, dejando cinco muertos y 10 heridos, dijeron las autoridades. En otro estallido de bomba tres civiles murieron y seis resultaron heridos en un área comercial en el barrio de Bab al-Muadham, en el centro de la ciudad. Dos explosiones más dejaron dos civiles muertos y 13 heridos, dijo la policía.
Funcionarios médicos confirmaron las cifras de víctimas. Todos los funcionarios hablaron a condición de preservar el anonimato, porque no están autorizados a revelar información.
Los ataques ocurren en momentos en que fuerzas de seguridad iraquíes sitian dos ciudades en la provincia occidental de Anbar luego que ambas fuesen tomadas por extremistas de la rama local de al-Qaida, conocida como Estado Islámico de Iraq y el Levante (EIIL).
Ha habido choques desde el lunes en Ramadi, la capital provincial de Anbar, y la vecina ciudad de Faluya, entre combatientes de al-Qaeda y miembros de tribus suníes que apoyan al gobierno.
Los ataques del domingo en Bagdad pudieran ser vistos como una táctica de los extremistas para distraer a las fuerzas de seguridad.
También el domingo, un alto oficial militar iraquí dijo que sus fuerzas demorarán algunos días para expulsar completamente a los extremistas de al-Qaida en Ramadi y Faluya.
El teniente general Rasheed Fleih, director del Mando Militar de Anbar, dijo el domingo en la televisión estatal que hacen falta dos o tres días para sacar a los extremistas de las dos ciudades.
Según Fleih, tribus suníes que apoyan al gobierno lideran las operaciones mientras que el ejército sólo ofrece cobertura aérea y logística en el terreno. No abundó en detalles sobre las operaciones.
Los vecinos dicen que desde el sábado en la noche la situación es tranquila en Faluya, donda extremistas aún controlan el centro de la ciudad. Enfrentamientos esporádicos ocurrieron el domingo en Ramadi.
La provincia de Anbar, una vasta área desierta junto a las fronteras con Jordania y Siria, de población casi completamente suní, fue el corazón de la rebelión de esa secta contra las tropas estadounidenses y el gobierno iraquí tras la invasión estadounidense de 2003 en la que fue derrocado Saddam Hussein.
La insurgencia surgió de la ira de una comunidad desalojada del poder que gozó bajo el gobierno de Hussein y por el ascenso de los chiíes. Fue entonces que al-Qaida estableció su filial en el país.