En su primer acto de 2014, el Presidente Enrique Peña Nieto inauguró la ampliación de la carretera Atlacomulco – Palmillas, y en ella se dieron a conocer algunas obras carreteras, una de las cuales dejó a más de uno con la boca abierta: el segundo piso de la México – Toluca.
La frase con la que el Secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza justificó este inesperado segundo piso fue esta: “Toluca es hoy la única capital entorno a la capital de la República, que no cuenta con una autopista desde el Distrito Federal hasta su lugar. Ahora ya tendrá su autopista.”, la cual es un reflejo de que en la SCT ignoran que la autopista a Pachuca termina en Tizayuca.
Según fuimos informados el 3 de enero, la autopista elevada irá de La Marquesa a Toluca, en un tramo en el que no hay congestión, pero sí altos riesgos por retornos, negocios y vivienda aledaños. Estamos hablando de un tramo de unos 15 kilómetros, en los que la velocidad límite es de 100 km/h, y por lo regular es posible alcanzarla. Desarrollar una autopista elevada elevaría la velocidad, a lo más, a 110 km/h. Es decir, para el Gobierno Federal es importante sembrar miles de toneladas de cemento, molestar durante las obras, impactar ambiente y paisaje, y cobrar decenas de pesos para ahorrarnos 49 segundos de viaje.
Construir un segundo piso en una vialidad urbana es una obra polémica, pero hacerlo en una carretera debería generar más reacciones en contra. Por ejemplo, los fraccionamientos aledaños como Los Robles, Los Encinos, Jajalpa, entre otros, que hoy viven con cierta calma porque el ruido de la carretera se dispersa antes de llegar a sus casas, ahora recibirán en sus recámaras el ruido emitido a 7 metros de altura (en la SCT ni siquiera saben que en muchos países es obligatorio instalar barreras anti ruido en zonas residenciales).
Esta misma semana pude platicar con una señora que hace la limpieza en una casa de Los Robles. La llegada al fraccionamiento es simple desde el DF, con un solo autobús. El problema es el regreso: cruzar la carretera a nivel es mortal, el puente peatonal está muy lejos y el taxi cobra 40 pesos. Esa señora es invisible para el gobierno del presidente Peña.
Estoy ejemplificando en esta obra ridícula la incapacidad de la SCT para planear el desarrollo carretero del país: para mí, en ese tramo se requieren retornos a desnivel y una separación del movimiento local (comercios y vivienda en el corredor) respecto del tránsito de paso hacia Toluca. Esto se puede hacer con una inversión mucho menor y sobre todo con una menor huella ecológica. Las obras que recomiendo impactarán positivamente la seguridad y darán capacidad adicional a la carretera.
Es curioso que el segundo piso se anuncie al final de las vacaciones de invierno: cada fin de vacaciones y cada fin de semana largo, e incluso cada fin de semana, los mexicanos que salen por carretera tienen que sufrir la pesadilla de las interminables filas en las casetas. Dos horas puede uno pasar tratando de pagar una autopista. Esto no se resuelve con un segundo piso en la carretera ni en la caseta misma: se resuelve con tecnología eficiente.
Hace dos décadas que existe la tarjeta IAVE, pero su penetración en el mercado es mínima por dos razones:
- La tecnología es pésima, a tal grado que ni bajando la velocidad se logra un buen desempeño en su lectura.
- Una mafia en la operación de las carreteras quiere que se siga utilizando efectivo y comprobantes falsificables porque hay desvío de recursos en los peajes.
Por tanto, si el secretario Ruiz Esparza quiere mejorar la México – Toluca y otras carreteras, debería emprender acciones para tecnologizar el pago de las autopistas en todo el país. Menos obras molestas, menos impacto ambiental.
Es claro, sin embargo, que ese no es el propósito de su gestión: este segundo piso se está planeando porque hay inversionistas interesados en el negocio y automovilistas dispuestos a pagar sin saber que sólo ahorrarán 49 segundos. En otras palabras, no es un tema de comunicaciones y transportes, es un tema de cómo seguir dando negocio a las empresas que han construido autopistas elevadas en los últimos años.
Feliz año de la eficacia.