La reforma político-electoral heredará al nuevo Instituto Nacional de Elecciones (INE) la titánica labor de nombrar a los 224 consejeros electorales locales de las 32 entidades del país, sin que se tenga certeza del método y la logística que utilizarán para logarlo.

 

De acuerdo con la minuta, aprobada por las cámaras de senadores y diputados, tras promulgarse los cambios constitucionales e inicie operaciones el INE, una de sus primeras tareas será nombrar a los siete consejeros de cada Instituto Electoral del país.

 

Al igual que con los cuatro consejeros del IFE, al entrar en vigor los cambios en materia electoral, todos los miembros de los institutos locales del país tendrán que dejar sus puestos, debido a que la reforma considera la homologación de siete consejeros y su sustitución de forma escalonada.

 

La metodología en que serán elegidos los 224 consejeros locales se definirá en las reglamentaciones secundarias y las modificaciones al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe).

 

Ante ese escenario, un diagnóstico del IFE alerta por la posibilidad de poner en riesgo las elecciones locales de Coahuila y Nayarit, donde la incertidumbre por la falta de consejeros podría poner en riesgo la organización de los comicios.

 

Un documento, elaborado por los cuatro consejeros y entregado al Poder Legislativo, señala que la reforma electoral delegará funciones estatales a nivel federal sin que exista una ruta crítica.

 

“La minuta propone que el INE asuma y delegue funciones a los institutos electorales estatales sin establecer las definiciones mínimas para su ejecución, los criterios temporales, presupuestales o causales para que la función sea llevada a cabo por el instituto nacional o un órgano local”, indica el documento.

 

A juicio del Instituto Federal Electoral, las nuevas atribuciones tendrán como consecuencias la “baja efectividad de la regulación electoral, desconfianza y un vacío de legitimidad en la renovación de poderes locales, que además afectaría gravemente a las elecciones federales”.

 

Según el diagnóstico del IFE, “la falta de claridad en la distribución de competencias creará duplicidad de estructuras o procedimientos redundantes entre el INE y los órganos locales incrementando el costo de los procesos electorales”.

 

Entre las problemáticas, auguran, que enfrentarán a los institutos locales con el INE, además de los nombramientos de más de 200 consejeros, son “complicaciones presupuestales, parálisis institucional, problemas en la impresión de materiales electorales, capacitación y designación de funcionarios de casillas”.

 

Por lo pronto, la conformación del Instituto Nacional de Elecciones sigue su camino a la promulgación, y falta, que al menos 17 congresos de los estados avalen la reforma político-electoral.

 

Después de ese proceso, será un hecho la desaparición del IFE, y con ello, tendrán que apurar la conformación de las reglamentaciones secundarias donde se develará el misterio de cómo se elegirán a 224 consejeros locales, entre otros nuevas funciones.