TEXAS. Texas comenzó a utilizar un sofisticado avión espía de 7.4 millones de dólares para la vigilancia de la frontera con México, en un esfuerzo que se suma a otras iniciativas estatales para aumentar el control de la zona.

 

El periódico The San Antonio Express News reveló en su sitio en internet que la aeronave realizó uno de sus primeros vuelos la mañana de este viernes entre San Antonio y Fort Stockton, Texas.

 

La adquisición, características y uso del avión no han sidos difundidos por el Departamento de Seguridad Pública (DPS) texano salvo por un comunicado emitido en mayo pasado en el que informa que la aeronave llevará el nombre del agente Bobby Paul Doherty, de los Rangers de Texas, muerto en cumplimiento de su deber en 1978.

 

Sin embargo, de acuerdo con documentos oficiales se sabe que el avión, un “Pilatus PC-12 NG Spectre”, fue comprado en julio de 2012 por funcionarios del DPS de Texas a la compañía fabricante suiza Pilatus Aircraft Ltd.

 

Datos recabados por el Centro para el Periodismo de Investigación (CIR), mediante la Ley de Información Pública, revelan que el avión fue equipado con cámaras de alta resolución y de imagen térmica y de un sistema de comunicación para el envío de señales de video y audio en tiempo real a cualquier punto de la entidad.

 

También fueron adquiridos para la tripulación del avión, cuatro pares de lentes de visión nocturna, con valor de 60 mil dólares cada uno.

 

El Pilatus cuenta con una cabina presurizada que le permitirá al personal abordo realizar vuelos o establecer una plataforma de vigilancia a una altura de hasta 10 mil metros.

 

Los documentos revelan que las autoridades estatales usarán el avión principalmente para misiones de vigilancia a lo largo de la frontera con México.

 

La aeronave realizará un trabajo prácticamente similar al que efectúan ya los dos aviones “Predator” no tripulados (UAV), utilizados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) para patrullar la frontera de Texas con México.

 

Las autoridades de Texas, encabezadas por el gobernador Rick Perry, se han quejado desde hace años de que el gobierno federal no hace lo suficiente para asegurar la frontera con México.

 

Desde 2007, Texas ha dedicado unos 600 millones de dólares de fondos públicos para la creación y mantenimiento de varias iniciativas de vigilancia fronterizas, incluyendo la adquisición de cuatro modernas lanchas rápidas fuertemente armadas, para desalentar el tráfico de drogas por el Río Bravo.

 

Texas también ha conformado equipos especiales de vigilancia y reconocimiento, con miembros de los “Rangers”, la policía estatal élite, y ha construido centros de mando de inteligencia.