El ex primer ministro israelí Ariel Sharón, fallecido hoy en Tel Aviv a los 85 años, será enterrado el lunes en su rancho del desierto del Neguev, en el sur de Israel, tras recibir honras fúnebres en una ceremonia en el Parlamento (Kneset).
Así lo resolvió esta noche la Comisión Ministerial de Protocolos y Ceremonias, encabezada por la ministra israelí de Cultura y Deporte, Limor Livnat, informa un comunicado oficial.
Según el programa oficial, los restos de Sharón permanecerán el domingo en un ataúd cubierto con la bandera de Israel entre las 12:00 hora local (10:00 GMT) y las 18:00 (16:00 GMT) en la Kneset, para que los israelíes que así lo desee puedan darle su último adiós.
El lunes está previsto que a las 9:30 de la mañana (7:30 GMT) comience una ceremonia oficial en la misma sede parlamentaria, donde está previsto que acudan las personalidades políticas y dignatarios que rendirán así tributo a la figura del ex-mandatario israelí.
El mismo día a las 14:00 (12:00 GMT) Sharón será enterrado en su rancho-granja de los Sicomoros, situada en el desierto meridional del Neguev, junto a la tumba de su difunta esposa Lili, por su expreso deseo.
Se prevé que el entierro tenga carácter privado y el número de asistentes sea limitado.
La comisión ministerial coordinó su decisión con los dos hijos del fallecido político, Guilad y Omrí, que hoy acudieron a la tumba de su madre para supervisar los preparativos del entierro y honras fúnebres.
A la ceremonia oficial acudirá el vicepresidente de EU, Joe Biden, según informó hoy la Casa Blanca, y se prevé asimismo la participación del enviado especial del Cuarteto de Oriente Medio, Tony Blair, el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, y otros mandatarios europeos.
El comunicado oficial israelí también precisa que el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, asistirá a la ceremonia oficial.
El fallecimiento de Sharón ha coincidido con una visita oficial del ministro para estrechar las relaciones bilaterales en distintos ámbitos de la seguridad.
Sharón recibirá sepultura de acuerdo al ritual judío según el cual el cadáver debe estar cubierto, ya que exhibirlo es considerado deshonroso, y sus restos estarán acompañados en todo momento.
En el ritual funerario judío es de suma importancia que el entierro se realice lo antes posible, preferentemente el mismo día, si bien su aplazamiento es permitido si el objetivo es honrar al fallecido.