La primera vez que volé a China para el negocio de la moda fue en 2002, sin saber qué esperar en mi primer año de trabajo. Yo lo hacía como Jefe de Diseño y, como tal, una tiene que supervisar el desarrollo de productos, justo en donde se inicia – la fábrica.
Mi oficina estaba en Dongguan, en la providencia de Guangdong, al norte de Hong Kong, en una zona especialmente ocupada de esta fábrica-país. La zona es quizá tan grande como Austria, hay partes gigantezcas dedicadas solamente, digamos, a la producción de “zapatos al horno”, es decir, todas las zapatillas de deporte con suelas de una sola pieza que, tal cual, se manufacturan dentro de un horno. Sin costuras.