EL CAIRO.  Los enfrentamientos entre partidarios del derrocado presidente Mohamed Mursi y la policía de Egipto durante las de las protestas convocadas en varias ciudades contra el referéndum para reformar la Constitución, dejaron al menos s11 personas muertas y 28 heridas, según informó la cadena Al Jazeera.

 

Como consecuencia de los enfrentamientos, cuatro personas perdieron la vida en la ciudad de Sohag (sur), cuatro en la provincia de Guiza (vecina a la capital) y uno en la Beni Suef (sur).

 

Las autoridades señalaron que otros siete civiles y dos miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos por los disparos, registrados en una céntrica calle de esa localidad, donde también fueron detenidos 17 supuestos atacantes.

 

En otro suceso en la provincia de Sohag, quince personas fueron arrestadas por supuestamente quemar neumáticos en las carreteras que llevan a los centros de votación, mientras que tres miembros de los Hermanos fueron detenidos en la provincia de Fayum, al sur de El Cairo.

 

La jornada empezó con tensión en El Cairo, que se despertó con la noticia de una explosión en la Corte del Norte de Guiza, en el barrio popular de Imbaba. Pese a no causar víctimas, este incidente molestó a unos ciudadanos que enseguida acudieron al lugar de la explosión para mostrar, provistos de fotografías de Al Sisi y banderas de Egipto, su rechazo a lo ocurrido y su apoyo al general Abdel Fatah Al Sisi.

 

Al Sisi, vice primer ministro, ministro de Defensa, comandante en jefe del Ejército y, sobre todo, el hombre fuerte del país más poblado del mundo árabe, declaró tres días antes del escrutinio que se presentaría a las elecciones presidenciales previstas para 2014, si “el pueblo lo reclama” y si las fuerzas armadas apoyan su candidatura.

 

Para justificar su golpe de fuerza del pasado 3 de julio, el general Al Sisi recordó los millones de manifestantes que reclamaron el 30 de junio la dimisión de Mursi, al que acusaban de querer islamizar la sociedad a marcha forzada y de no haber conseguido enderezar una economía al borde de la bancarrota.

 

El apoyo a Al Sisi lleva implícito también un completo rechazo a los Hermanos Musulmanes, recientemente declarados como “organización terrorista” por el gobierno interino en un mensaje que ha calado hondo en la población.

 

Por su parte, los Hermanos Musulmanes señalaron, la muerte de al menos ocho manifestantes islamistas en altercados en varias localidades del país.

 

Más de mil personas han muerto en el marco de una represión implacable desde el derrocamiento de Mursi, sobre todo en la represión contra su cofradía, los Hermanos Musulmanes, miles de los cuales, entre ellos casi todos sus dirigentes, han sido detenidos.

 

Sin embargo, a pesar de la represión, la cofradía, considerada “organización terrorista” por el gobierno, llamó a boicotear el referéndum y, aunque ya en muy pequeño número, algunos de sus miembros aún se manifiestan en las calles.

 

El proyecto de Constitución que se votará en estas dos jornadas (martes y miércoles) no incluye las referencias religiosas añadidas durante la presidencia de Mursi, pero incrementa los ya amplios poderes del Ejército.

 

Al Sisi parece haber confirmado en su discurso del sábado lo que analistas y altos responsables ya presagiaban: el referéndum se presenta como un plebiscito, pues el nuevo proyecto de Constitución no presenta grandes cambios con respecto a la anterior ley fundamental.

 

Lo esencial del poder sigue recayendo en manos del presidente, y el Ejército continúa siendo el pilar del sistema.