El uso compulsivo de las redes sociales tiene consecuencias negativas como no enfocarse o concentrarse en el trabajo, en la escuela o en otro tipo de responsabilidades, dice Eduardo Quijano, académico del ITESO.

 

“Los médicos han detectado que quienes padecen el síndrome de dispersión se dispara con el uso compulsivo de la tecnología”, agregó y detalló que  la Asociación Americana de Psiquiatría define la compulsión como conductas repetitivas de actos mentales, impulsadas como respuesta a una obsesión con el fin de prevenir o reducir sensaciones de angustia o temor.  Las redes tiene varios niveles: el de usuario promedio, el excesivo y el compulsivo.

 

Puntualizó que algunas personas no miden el impacto que puede tener el uso compulsivo de los teléfonos inteligentes o tabletas. “Hay quienes usan sus aparatos y responden mensajes cuando conducen el auto sin importarles que ponen en riesgo su vida y la de otros” .

 

Citó que los usuarios compulsivos de Facebook o Twitter experimentan una pérdida en su bienestar cuando ven publicaciones de amigos o conocidos, de situaciones o hechos que no están dentro de sus opciones, como un viaje al extranjero, la compra de un nuevo auto o una casa, un trabajo nuevo o hasta contraer matrimonio.

 

“Para muchas personas que están en las redes sociales más que una sensación de envidia, es triste ver las publicaciones de otros porque se dan cuenta que no tienen las mismas opciones”, añadió.

 

“A través de las redes sociales uno descubre en tiempo real las múltiples alternativas de existir, de estar siendo, de habitar en la ciudad, de otras personas; las opciones de vida que yo no tengo, y eso a muchos les produce tristeza y hasta depresión!”.