Los históricos subsidios para impulsar la energía eólica en Estados Unidos expiraron el 1° de enero y el Congreso se negó a renovarlos, a pesar del éxito del sector en proveer electricidad a bajo costo.
Estados Unidos subsidiaba desde 1992 la generación de electricidad a partir del viento para promover el uso de las energías verdes y reducir la dependencia de los combustibles fósiles, señalados como los culpables del cambio climático.
El año pasado, se otorgaron varios millones de dólares a los productores de energía eólica a través de los Créditos Fiscales a la Producción (PTCs, por sus siglas en inglés), herramienta pensada para promover el uso de energías limpias. Sin embargo, estos expiraron a fines de 2013 junto a otros beneficios que acompañaban la producción de este tipo de energía.
Para satisfacción de sus defensores, el fin de los créditos difícilmente pueda hacer que esta incipiente industria desaparezca.
Las actividades iniciadas antes del 31 de diciembre de 2013 seguirán obteniendo los beneficios federales por 10 años más, ya que la decisión del Congreso afecta solo a los proyectos nuevos.
Industria sustentable
La energía eólica constituye una industria que puede “mantenerse por sí misma”, argumentó el senador Lamar Alexander, contrario a los créditos.
“La política energética de nuestra nación debe tener sentido económico para los contribuyentes y no manipular los mercados”, agregó en una declaración junto al senador Joe Manchin.
La energía eólica ha experimentado un reciente boom, pasando a representar 1.3% de la producción de electricidad del país en 2008 a 3.5% en 2012.
Sin embargo, aún está muy detrás del carbón (37%), el gas natural (30%) y la energía nuclear (19%).
En términos de precios, la energía eólica es en la actualidad la segunda más barata en Estados Unidos en promedio.