No se trata de una película de terror donde una inexplicable y densa neblina se come a toda una ciudad, se trata de un fenómeno meteorológico que ocurrió en la famosa ciudad que nunca duerme, Nueva York.

 

Pese a que la neblina cubrió a gran parte de la ciudad y provocó falta de visibilidad, los habitantes de la “Gran Manzana” no dejaron de realizar sus actividades cotidianas.

 

Esto se da días después de que un “vórtice polar” provocara las temperaturas más bajas en la historia de Nueva York, lo que además dejó grandes pérdidas económicas y decenas de muertos.