Las epidemias aparecen, se propagan entre las personas, se combaten y finalmente desaparecen. Este es el ciclo bajo el cual los epidemiólogos analizan la vida de las enfermedades. Y es también el principio básico bajo el cual un par de estudiantes de la Universidad de Princeton en Estados Unidos, analizaron el ciclo de vida de las redes sociales, en particular, de Facebook.
El racional ha sido bastante polémico por dirigirse a una de las propiedades más exitosas en términos de audiencia, de la era de internet. Facebook se ha convertido en una de las propuestas que más se acerca a los seres humanos, la de relacionarse con otras personas, compartir gustos, aficiones, filias y fobias. Ha sido pieza clave en la creación de comunidades, en la propagación de ideas y en la generación de movimientos que incluso, han cambiado gobiernos. No es cualquier cosa que se le compare con una enfermedad que invariablemente morirá.
Basados en la progresión y la caída de MySpace y utilizando datos de Google Search Trends, una de las redes sociales que antecedió a Facebook y que tuviera un crecimiento exponencial en sus primeros años y que provocara que los interesados por la música primeramente, y los no tan interesados en un segundo plano, pensaran en formar parte de esta comunidad, pero que también sufrió una caída estrepitosa después de ciertas decisiones de negocio, John Cannarella y Joshua Spechlere, predijeron un futuro similar para Facebook, el cuál auguran, podría perder el 80% de sus usuarios entre los años 2015 y 2017. Quedó demostrado que las ideas como las enfermedades, se propagan de manera infecciosa entre las personas antes de morir, escribieron los investigadores. Su tesis no solo se basa en su racional comparativo con la epidemiología, sino también en estudios según los cuales, los usuarios más jóvenes han empezado a abandonar el sitio desde el año pasado.
Como menciono, el estudio ha levantado polémica, basta con ver la forma como sitios especializados como Mashable, con una línea editorial claramente pro redes sociales, reaccionaron. En una nota de Lance Ulanoff se afirma desde el encabezado que Facebook no es una infección. El texto, honestamente, no ofrece argumentos contundentes para desacreditar la investigación de Princeton, y se enfoca en señalar algunas inconsistencias conceptuales del texto.
Estos investigadores no son los primeros en hablar del fenómeno de las redes sociales, su ascenso y vertiginoso descenso. Jeffrey Cole, un prestigiado investigador que durante varios años ha presentado junto con el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey los resultados del World Internet Project, que analiza comportamientos y tendencias en la red, ha hecho el comparativo de las redes sociales con los centros nocturnos o “antros”. Cole dice que las redes sociales son como estos, a los que empieza a asistir un grupo de élite o de avanzada a determinado lugar, que posteriormente empieza a recibir una mayor cantidad de visitantes hasta volverse masivo, declinar e incluso, encontrarte “hasta a tu mamá”. El día que la mamá o el papá de un joven asiste al mismo centro nocturno que su hijo, decía Cole, entonces el joven dejará de ir y buscará otro lugar. Así, estima, son las redes sociales.
Dos analogías de la vida real, con un comportamiento similar en su versión digital, aplicadas a una versión digital, -Facebook-, de un comportamiento de la vida real, las relaciones humanas. Dejaremos de estar “enfermos” o dejaremos de “ir al antro”, son las preguntas a responder. Por lo pronto, hay argumentos para apostar a favor de que ocurra esto o no. El historial de otras redes como la misma MySpace o Hi-Fi, son punto en contra. Pero también a favor está un precio récord en la acción de Facebook, un producto mucho mejor que sus antecesores, y el que quizá finalmente se haya llegado a una madurez tal donde plataformas como Facebook, YouTube y Twitter serán difícilmente sustituibles y no son necesariamente una moda.