JERUSALÉN.— Las noticias de que un hijo del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu tiene una novia no judía han causado conmoción en la política del país.
La relación entre Yair Netanyahu y una escultural estudiante universitaria noruega no sólo fue un tema jugoso para la prensa del corazón, sino que ha desatado una ola de críticas de legisladores religiosos opuestos a matrimonios mixtos, y un debate sobre las relaciones del estado judío con el mundo exterior.
De acuerdo con reportes en la prensa noruega, el primer ministro israelí le habló elogiosamente sobre la relación a su contraparte noruega, Erna Solberg, durante un encuentro la semana pasada en el Foro Económico de Davos, Suiza, y le dijo que su hijo visitó recientemente Noruega con su novia, Sandra Leikanger. Una foto de la joven y sonriente pareja fue publicada en la prensa de ambos países.
El lunes, el líder el partido ultra ortodoxo Shas dijo que piensa que la relación le ha causado a Netanyahu y su esposa “un gran dolor”. Arieh Deri le dijo a una estación local de radio que la relación no es “un mero asunto personal” porque Netanyahu “es un símbolo del pueblo judío”.
“Tengo amigos que invierten decenas de millones y más, centenares de millones para combatir la asimilación en el mundo”, le dijo Deri a la radio Kol Barama. “Si, Dios no lo quiera, es cierto, ¡ay de nosotros!”.
Otros grupos llamaron a Netanyahu a poner fin a la relación. Incluso el cuñado del premier, Hagai Ben-Artzi, se expresó contra ella públicamente.
“Yair debería saber que si hace algo así, si no acaba la relación… entonces está escupiendo en las tumbas de sus abuelos, que lo amaron tanto y lo criaron”, le dijo Ben-Artzi a Kikar Shabbat, un portal noticioso ultra ortodoxo.
Ben-Artzi, un nacionalista judío que a menudo critica al primer ministro, dijo que no ha hablado con la familia hace meses. “Quizás no estaban en contacto porque temían decírmelo”, dijo.
La oficina de Netanyahu rehusó comentar sobre el asunto, lo mismo que Leikanger.
Israel siempre ha tenido una minoría ultra ortodoxa de judíos conservadores y devotos, que actualmente representan apenas 10% de la población. Gracias a su influencia política, los ultra ortodoxos supervisan bodas, divorcios y funerales, lo que significa que el joven Netanyahu no podría casarse con su novia en el país, a menos que ella se convierta. La ley judía ortodoxa prohíbe los matrimonios mixtos.