La Procuraduría General de la República (PGR) recluyó al penal federal del Altiplano, ubicado en el Estado de México, a Dionicio Loya Plancarte alias El Tío, considerado uno de los altos mandos dentro de la estructura del cártel de Los Caballeros Templarios.

 

Loya Plancarte, detenido el pasado lunes en Morelia, fue consignado ante el juez Primero de Distrito en Procesos Penales de Toluca por el delito de violación a la Ley Federal de Armas de Fuego de uso exclusivo del Ejército y Fuerzas Armadas.

 

Esta acusación se basa en que al momento de ser detenido El Tío portaba un arma calibre .38 reservada y una subametralladora 9 milímetros de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.

 

Sin embargo se le vincula con 14 expedientes ministeriales por su probable participación en hechos ilícitos como delincuencia organizada y delitos contra la salud.

 

En una calle tranquila, en el clóset de una casa sin pretensiones, de un solo piso y sin ventanas hacia la calle, fue encontrado Dionicio Loya Plancarte, El Tío, uno de los principales operadores de Los Caballeros Templarios.

 

La vida en la calle Margarita Maza de Juárez es rutinaria, las madres acuden a dejar a sus niños en la estancia infantil del DIF, y trabajadores del Instituto Michoacano de Ciencias de la Educación llegan a sus oficinas. Ambas instalaciones en la misma calle donde se escondía El Tío.

 

La casa pintada de rosa y portón café, que ahora permanece resguardada por un grupo de militares, se encuentra a sólo 20 minutos del Centro de Morelia, donde está el Palacio de Gobierno, el Palacio Municipal, la Catedral y las plazas que todos los días se llenan de turistas. Está a espaldas del Zoológico y muy cerca de la Facultad de Contaduría, en Ciudad Universitaria.

 

Esa pequeña vivienda, ideal para mantener un bajo perfil, era el escondite de El Tío, y por semanas los órganos de inteligencia de la Secretaría de Gobernación (Segob) y del Ejército trabajaron en confirmar que ahí se escondía.

 

La madrugada de ayer, en un operativo en el que no se realizó un solo disparo y, sin que pusiera resistencia, Loya Plancarte fue sometido. El capo, nacido en Apatzingán, controlaba el tráfico de estupefacientes en Morelia, una ciudad de 729 mil 279.