KIEV. El presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, aceptó la dimisión del primer ministro, Nikolai Azárov, en un intento por resolver la crisis en el país, lo anterior ocurre el mismo día en que el parlamento derogó las leyes que restringían los derechos de los manifestantes.

 

El primer ministro, Mykola Azarov, será sustituido temporalmente por el vice primer ministro Sergiy Arbuzov, otro fiel a Yanukovich.

 

El actual ejecutivo seguirá gestionando los asuntos corrientes hasta que se nombre un nuevo gobierno, según un decreto de la presidencia.

 

“He tomado la decisión de pedir al presidente de Ucrania que acepte mi dimisión del cargo de primer ministro, con el ánimo de propiciar mayores posibilidades de un compromiso político para resolver el conflicto pacíficamente”, dijo Azarov en un comunicado. “Lo más importante ahora es conservar la unidad y la integridad territorial. Esto es mucho más importante que cualquier plan o ambición personal”, agregó.

 

Azárov, que nació en Rusia, ha defendido siempre la suspensión de la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea y el rechazo de las condiciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional, al considerar que hubieran supuesto la ruina para Ucrania. Precisamente, esa decisión fue el detonante del estallido de las multitudinarias protestas antigubernamentales el pasado 21 de noviembre.

 

Uno de los líderes de la oposición, Vitali Klitschko, acogió con satisfacción esta renuncia. “No es la victoria, pero sí un paso hacia la victoria”, declaró el exboxeador.

 

Pocas horas después, el parlamento ucraniano derogó las leyes aprobadas el 16 de enero que castigaban casi todas las formas de manifestación, y contemplaban penas de cárcel para cualquier participante.

 

La nueva legislación había sido denunciada por Occidente y había motivado un recrudecimiento del movimiento de protesta, nacido en respuesta a la decisión de Yanukovich de no firmar un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE), y privilegiar un acercamiento a Rusia, lo que muchos vieron como una traición.

 

El parlamento ucraniano, donde el Partido de las Regiones de Yanukovich tiene mayoría, debatirá también el miércoles la cuestión de la liberación de los manifestantes encarcelados.

 

Las sombras de Rusia y Unión Europea, presentes

 

La Unión Europea (UE) y Estados Unidos han redoblado la presión sobre Yanukovich para que acometa una serie de reformas que pongan fin al enfrentamiento que convirtió partes de Kiev en zonas de guerra patrulladas por manifestantes enmascarados y dejó tres activistas muertos.

 

Europeos y rusos, que se acusan mutuamente de injerencia en los asuntos internos de Ucrania, participaron en una breve cumbre en Bruselas.

 

En su comparecencia junto a los líderes europeos, Putin dijo que no podía imaginarse cómo respondería la UE si “en medio de una crisis en un país como Grecia o Chipre, nuestro canciller se presentara públicamente en un mitin anti europeo”. De manera condenó el viaje que hizo por la noche a Kiev, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton. “Creo que el pueblo ucraniano es capaz de resolver esto por su propia cuenta. (…) Rusia nunca interferirá”, dijo durante una conferencia de prensa junto al presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

 

Desde hace semanas la Unión Europea envía emisarios de alto nivel para intentar mediar con las autoridades ucranianas en la crisis que se desató en el país tras el rechazo del presidente Viktor Yanukovich de firmar, a fines de noviembre, un acuerdo de asociación con la UE.

 

Horas antes, el vicepresidente Joe Biden ya había calentado los ánimos al advertir por teléfono al presidente Yanukovich que “declarar el estado de emergencia o aplicar otro tipo de medidas de emergencia podía avivar más las tensiones y limitar el margen para una resolución pacífica”.

 

Las calles de Kiev estaban tranquilas el martes tras días de enfrentamientos.

 

Sin embargo, seguían en su lugar las barricadas erigidas por los manifestantes con sacos de arena que dividen claramente la ciudad entre las zonas controladas por los opositores y las de las fuerzas de seguridad.

 

Durante la conferencia de prensa Putin también aseguró que no pediría la revisión de los “acuerdos de préstamos y energéticos” con Ucrania si la oposición gana en las próximas elecciones.

 

“Esto no es importante para nosotros. Después de todo mantuvimos un diálogo muy constructivo cuando (la ex primera ministra, hoy condenada, Yulia) Timoshenko era jefa de gobierno”, dijo.