Miguel Herrera no blofeaba cuando advirtió que el duelo ante Corea de hoy por la noche lo utilizará para observar quién está y quién no para sus pretensiones futbolísticas de frente a la Copa del Mundo; y Corea será un rival especial, si bien un equipo que no amedrenta a nadie, tampoco se puede ignorar su velocidad y dinámica.
Aquí es donde radica la importancia del duelo: velocidad, sobre todo en el cuadro bajo Tricolor, ahí donde la rapidez nunca ha sido lo de Rafael Márquez, quien tampoco la necesita, el capitán está para otras labores. El problema estará en sus comparsas: ¿Francisco Maza Rodríguez?, muy seguro por arriba, pero intermitente y vulnerable a ras de pasto; ¿Héctor Moreno?, seguramente será titular en Brasil, pero no es un velocista, por eso Diego Reyes estará bajo observación. A Herrera le falta completar su tercia de centrales titulares.
Reyes es un central de gran talento. Rápido, alto, oportuno en las coberturas, crucificado en la era Chepo de la Torre por errores que costaron goles. También hay que decir que durante su etapa con el América, y bajo las órdenes del Piojo, Reyes formó parte de la zaga más segura del futbol mexicano.
Y Herrera ha aprovechado todas las circunstancias para observarlo; ver cómo viene del Porto, equipo con el que sólo tiene actividad en su equipo B.
Rafael Márquez jugará un papel trascendental en el camino del ex americanista. Quedó demostrado desde el primer entrenamiento, el Káiser fue celoso compañero de Reyes desde que saltaron al campo; compartió puntos de vista con el chico, hablaron largo, luego bromeó un poco, le hizo señalamientos, y al final, Márquez platicó con el Piojo.
Ya en la conferencia, Miguel Herrera exaltó las cualidades de Reyes; “espero que tenga el nivel, al menos de cuando estaba en América, por eso lo llamé, para ver cómo viene”.
Estará junto a Rafa Márquez, quien seguramente le aportará la serenidad que el chico necesita. Ahora todo dependerá de él si se hace un ese puesto disponible que el Piojo ha diseñado para que el relevo generacional sea un intercambio de títulos; Káisers, por Reyes…, todo a su tiempo.