LONDRES. Después de todo lo que se habló sobre amenazas de terrorismo, los gastos por encima del presupuesto y una ley anti-gay, el encargado de los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi está decidido a mostrarle al mundo que la justa será todo un éxito.
Nueve días antes de la ceremonia inaugural, el jefe del comité organizador Dmitry Chernyshenko dijo el miércoles que Sochi está “totalmente lista” y presentará unos juegos seguros, acogedores y bien organizados, a pesar de los reportes desalentadores que los preceden.
“Serán históricos”, señaló sobre los primeros Juegos de Invierno en Rusia.
Sochi enfrenta una amenaza de terrorismo de grupos separatistas del norte del Cáucaso, pero Chernyshenko afirmó que la ciudad “en este momento es el lugar más seguro del planeta”, y prometió que las estrictas medidas de seguridad no afectarán el ambiente festivo durante los Juegos.
“Les aseguro que Sochi será uno de los Juegos con seguridad más amable, y todos los procedimientos serán muy cuidadosos y ágiles”, señaló en una conferencia telefónica con periodistas.
Rusia utilizará más de 50 mil policías y militares para vigiar los Juegos. Un grupo musulmán se responsabilizó por atentados suicidas con bombas que mataron a 34 personas a fines de diciembre en Volgogrado, y amenazó con atacar los Olímpicos.
Sobre la ley rusa que prohíbe la “propaganda” gay entre menores de edad, repitió las garantías de que Rusia no discriminará contra nadie por su orientación sexual.
Sin embargo, Chernyshenko pareció contradecir al presidente del COI Thomas Bach, quien dijo el lunes que los atletas —a quienes la Carta Olímpica les prohíbe realizar expresiones o gestos políticos en los podios y otros escenarios oficiales— podrán expresar sus posturas políticas en las conferencias de prensa.
“No creo que puedan expresar esas posturas que no están relacionadas con deportes en las conferencias de prensa”, dijo Chernyshenko, y agregó que los organizadores crearon una zona para manifestaciones en la ciudad.
Rusia está gastando 51 mil millones de dólares en los Juegos, la máxima cifra en la historia para cualquier olimpiada, y muchos críticos alegan que buena parte del dinero ha desaparecido en sobornos y otros pactos corruptos.
Chernyshenko descartó que se haya gastado mal el dinero.
“Si vienen y observan, estas con las instalaciones deportivas más modernas del mundo”, afirmó. “Todo será de última generación. Esto no sería posible si fuesen ciertas estas acusaciones de corrupción. Los estadios, las carreteras, los hoteles nuevos. Toda la infraestructura habla por sí sola”.