Aunque la violencia y la desigualdad dificultan el ejercicio de los derechos humanos en México, esto no es un obstáculo o algún pretexto para abandonar su defensa, así lo consideró el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva.

 

El defensor del pueblo (ombusman) explicó que hace suyo el reclamo de las comunidades que se han visto lastimadas y severamente agraviadas por la acción de la delincuencia.

 

Además, reiteró su compromiso de estar al lado de las víctimas, acompañándolas, exigiendo de las autoridades del estado mexicano, acciones eficaces en materia de seguridad pública y justicia para evitar que los propios civiles tengan que defenderse.

 

Al presentar su informe anual ante legisladores integrantes de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, hizo mención sobre la incertidumbre social que en diversas regiones del país se aprecia por la violencia e inseguridad.

 

Lamentó que –como lo advirtió hace un año– en algunos estados de la República se multiplicaron las expresiones de la sociedad civil  a través de  grupos de autodefensa, que tienen en común pretender ejercer tareas de seguridad pública en sustitución de los órganos estatales.

 

Enumeró las acciones realizadas por la CNDH en el cuarto año de su gestión, en materia de protección, defensa, promoción y observancia de los derechos humanos, y reconoció la nueva orientación estratégica por parte del Estado, elemento clave para fortalecer el respeto a la dignidad de la persona.

 

Sostuvo que el combate a la inseguridad y la violencia en el marco del respeto a la ley y el estado de Derecho, este Organismo público autónomo promueve que las autoridades generen la legislación y las políticas públicas concretas que atiendan problemas específicos, como la situación de la niñez, de las familias, de los adultos mayores y de las personas con discapacidad.