En medio de la peor crisis desde la Revolución Naranja, este jueves el presidente ucraniano Viktor Yanukovych anunció que se tomaría una licencia indefinida por enfermedad, dejando a los ucranianos peguntándose qué sucederá con su país.
Yanukovych está bajo una fuerte presión tras dos meses de grandes protestas que piden su renuncia, la celebración de elecciones anticipadas y otras demandas.
Las movilizaciones han paralizado la capital Kiev y se han extendido a otras ciudades y comenzaron después de que Yanukovych rechazara un esperado acuerdo para profundizar los lazos con la Unión Europea, pero rápidamente se transformaron en una serie de descontentos por la corrupción, el abuso policiaco y la parcialidad de los tribunales.
Un comunicado publicado en el portal de internet de la presidencia indicó el jueves que Yanukovych, de 63 años, se tomó licencia por una enfermedad respiratoria aguda con fiebre alta. No se informó cuánto tiempo pudiera estar de licencia o si podría trabajar.
El anuncio causó reacciones de escepticismo e incluso se habló de que es un ardid para sacarlo del poder.
Vitali Klitschko, un destacado líder opositor, opina que el presidente podría estar preparándose para aplicar un estado de emergencia. Esta ha sido una preocupación constante de la oposición porque las movilizaciones ya causaron tres muertos.
“Lo recuerdo de la Unión Soviética, es una mala señal porque si algún líder soviético tenía que tomar una decisión impopular, se iban al hospital”, comentó Klitschko.
La oficina de prensa del mandatario dijo que Yanukovych sigue a cargo del país, pero no hubo indicios de cuánto tiempo se ausentará o qué tanto podrá trabajar. No se sabe que padezca de problemas de salud, aunque su oficina indicó que se ha ausentado dos veces por enfermedad, una por un problema en la rodilla y otra por una afección respiratoria.
Por su parte, el comentarista político Vitaly Portnikov escribió en su página de Facebook: “No recuerdo declaraciones oficiales sobre los resfriados de Yanukovych. Pero recuerdo bien que el 19 de agosto de 1991, el vicepresidente de la antigua USSR Guennadi Yanayev anunció la seria enfermedad de Mijaíl Serguéyevich Gorbachov“.
La supuesta enfermedad de Gorbachov fue reportada mientras los comunistas intransigentes que se oponían a sus reformas intentaron un infructuoso golpe de estado en su contra.
En una serie de movimientos encaminados a solucionar la crisis, esta semana el Parlamento votó por eliminar las leyes que impiden las manifestaciones. Yanukovych debe firmar formalmente esa anulación y no está claro si lo hará durante su licencia por enfermedad. También aceptó la renuncia de su primer ministro. Pero los manifestantes dicen que estos cambios son insuficientes.
Otros, sí creen en el anuncio. El analista Mijailo Pohrebinsky indicó que Yanukovych acudió el miércoles muy entrada la noche al Parlamento y “quienes lo vieron dijeron que estaba muy pálido y exhausto”.
Yanukovych concurrió al Parlamento antes de que se aprobara una medida que ofrece amnistía a algunos de los detenidos en los dos meses de protestas, pero sólo si los manifestantes desalojaban la mayoría de edificios que están ocupando. La oferta fue bien recibida por la oposición.
Sin embargo, la oposición ve los arrestos hechos durante las protestas —328, según el conteo de un legislador— como fundamentalmente ilegítimos.
“¿Este es un acuerdo o son ellos prisioneros políticos?”, dijo Artem Sharai, de 30 años, y quien participaba en una manifestación en la Plaza de la Independencia de la capital Kiev.
Después de rechazar el acuerdo con la UE, Yanukovych recibió un paquete de ayuda de Rusia por 15 mil millones de dólares. Moscú también le da precios preferenciales por el gas ruso, del cual depende. Esta ayuda de Moscú es clave para apuntalar a Yanukovych y evitar que Ucrania caiga en bancarrota.