Con el público de pie, que no paró de aplaudir, cinco encores y un rostro de felicidad que denotaba su emoción por estar en el recinto cultural más importante del país, la pequeña pianista Daniela Liebman hizo hoy su debut en el Palacio de Bellas Artes, en la ciudad de México.
Ataviada de rojo, con vestido y mayas del mismo color, el pelo suelto pero bien peinado, que se le escurría por la espalda y, por momentos, a los lados de las mejillas, la niña de 11 años, original de Guadalajara, Jalisco, ejecutó un programa en la Sala Principal del recinto, en compañía de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes.
La cita programada a mediodía de este sábado incluyó las piezas Preludio a “Apollo et Hyacinthus, K. 38”, de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791); “Sinfonía Op. 12 No. 4 en Re Menor, G. 506, ´La casa del diablo´”, de Luigi Boccherini (1743-1805); y “Concierto para piano y orquesta No. 8 en Do Mayor, K. 246, ´Lütow´”, del primero compositor.
Al frente de la agrupación de Bellas Artes se encontraba como director huésped Anatoli Zatin, maestro de la pequeña pianista, quien en su participación siempre se mostró pulcra con las manos, segura de su papel, seria y siguiendo el ritmo de la música, y con las entradas en sus turnos a tiempo.
Su ejecución fue sin partitura, síntoma de su dominio de las piezas que preparó con muchas horas de práctica. Si el público mostró con un silencio respetuoso su admiración por la pequeña prodigio, la sorpresa mayor del programa llegó con las piezas de encore, en las que Liebman mostró su muy depurada técnica.
A lo largo de su demostración, la pequeña tapatía mostró una agilidad en los dedos y pies que fue más evidente con los acordes más complejos de las piezas que regaló al público. Antes de cada una de ellas, Liebman se paró del piano y con una sonrisa de oreja a oreja agradeció al público. Se retiró pero volvió para ofrecer más.
Finalmente, Daniela Liebman regresó al escenario principal del Palacio de Bellas Artes acompañada del director huésped y también su maestro, Anatoli Zatin, para saludar por último al público, el cual de pie y con lluvia de aplausos despidió a la pianista de 11 años.
Originaria de Guadalajara, Daniela Liebman nació en 2002 y a los tres años de edad inició sus estudios de música de la mano de su padre, el violinista Rob Liebman. Tiempo después, a los cinco años, inició su entrenamiento con la maestra Raquel González, y desde los siete a la fecha se encuentra bajo la tutela de Anatoli Zatin.
Su aprendizaje lo realiza en el Instituto Universitario de Bellas Artes en la ciudad de Colima. No obstante su corta edad, ha tocado en el Stern Auditorium/Perelman Stage de la Carneggie Hall, en Nueva York, y en junio de 2013 compartió el escenario con el pianista chino Lang Lang, en la ciudad de México.
Como solista debutó en 2012 con la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes y la Filarmónica de Jalisco. Se ha presentado en escenarios como el Primer Festival de Artes de Bishkek, Kirguistán; con la Orquesta Rajmaninov del Kremlin de Moscú; y la Orquesta Sinfónica Flademmex en el Festival Internacional ELAN, en Dallas Texas, entre muchos más.
A los siete años participó en el Concurso Nacional de Jóvenes Pianistas Parnassós 2009 en Monterrey, siendo uno de los ganadores, y en 2011 ganó el Primer Lugar en el Concurso Internacional “Noche de Madrid”, en representación de México, y al año siguiente obtuvo el Primer Premio, en su categoría, en la Russian Internacional Music Piano Competition.
De este certamen, realizado en San José, California, fue la primera concursante latinoamericana en obtener el galardón.