Un dibujo de sencillez temblorosa y elocuencia brutal. Me causaban sensaciones raras, sus cartones, su silencioso discurso, porque aunque las páginas del periódico eran grises, lo que salía de aquella viñeta parecía tener una vida y un color propios, una dimensión apartada y sensible a otras leyes… como lo que pasa dentro de un sueño. Irreal y perfectamente posible. Me parecía demás, magnífico que un periódico tan serio dejara que un hombre hiciera, en un cuadrito, aquella cantidad de travesuras.