NUEVA YORK. La muerte del galardonado actor Philip Seymour Hoffman por una aparente sobredosis de heroína parece una noticia del pasado, un recuerdo borroso de una droga peligrosa que acechaba en algún rincón oscuro de la cultura estadunidense.
Pero la heroína nunca desapareció. Reaparece en oleadas, la más reciente de las cuales ha causado muertes y provoca preocupación entre las autoridades. Impulsada por la lucha contra los analgésicos controlados y por un suministro abundante de heroína barata más potente que nunca, la droga que ha matado tanto a rockeros famosos como a ciudadanos comunes vuelve a tomar los titulares.
“La heroína tiene este tipo de magnetismo oscuro que es parte de su mística”, destacó Eric Schneinder, un profesor en la Universidad de Pensilvania, autor de un libro sobre la historia de la droga. “Lo que he oído de los consumidores de heroína es que flirtear con la adicción es parte del atractivo. Algo así como ver hasta dónde puede uno sumergirse para escaparse después”.
Los forenses todavía no han determinado oficialmente la causa de la muerte del actor de 46 años, pero la policía la investiga como si fuera una sobredosis. Hoffman fue hallado en un baño con una jeringa en el brazo.
Las autoridades sostienen que varios factores impulsan el consumo de la droga, como precios relativamente bajos y una imagen menos maligna que la que tuvo en el pasado. En vez de considerar la heroína como la droga sin retorno, algunos adictos la ven ahora como una alternativa barata a la oxicodona y otras drogas opiáceas que solo se venden con receta.
“La gente piensa que la usan los desamparados, los que no tienen dinero y viven en las últimas“, dijo Michael Clune, un ex adicto. “Pero la verdad es que está en todos lados”.
El número de muertes registradas por sobredosis de heroína prácticamente se duplicó de mil 842 en el 2000 a tres mil 036 en el 2010, según las estadísticas más recientes de los Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades. Las muertes por heroína todavía representan un porcentaje relativamente reducido del total de muertes por sobredosis: solo un 10 por ciento en 2010, por ejemplo.
Lo notable en el reciente resurgimiento de la heroína es que una droga que en el pasado estaba confinada a las grandes ciudades se está propagando por los suburbios y pueblos rurales de la nación, donde la consumen sobre todo jóvenes de 18 a 29 años, dijo Jim Hall, epidemiólogo que estudia el abuso de drogas en la Nova Southeastern University, en Fort Lauderdale, Florida.
“No habíamos visto algo tan rápido probablemente desde la propagación de la cocaína y el crack a mediados de la década de 1980”, afirmó.
La heroína es procesada a partir de la morfina, que a su vez deriva de la amapola.