El ambiente para los Pumas es atípico porque están tranquilos. Aunque es pronto para decirlo, los Pumas pueden soñar de nuevo en una liguilla tras dos victorias consecutivas y su puesto como cuartos en la tabla general.

 

Fue un panorama que cambió para los felinos hace apenas unos días, cuando enmudecieron al Volcán, como le dicen al estadio de los Tigres. Eso les sirvió de motivación para volver a vivir un triunfo en su territorio tras nueve meses de no haber podido hacerlo.

 

Los Xolos fueron las víctimas, se llevaron una tercia de zarpazos de un equipo ágil, tenaz, que rememoraba lo complicado que era en el pasado pisar la cancha de Ciudad Universitaria, y que de paso, demostraba que no dependía totalmente del actual líder de goleo, Martín Bravo para poder marcar goles, mucho menos si Daniel Ludueña sale inspirado.

 

Todo pinta de maravilla, pero lo que viene es la prueba para saber si se trata de realidad o fantasía: visitarán al León, campeón del futbol mexicano.

 

Los de Guanajuato viven un momento lleno de altibajos, en los cinco enfrentamientos que llevan, sólo derrotaron a los Zorros del Atlas y la verdad es que no hay mucho que presumir de eso. Cayeron ante el América y el Pachuca, además de haber igualado un par de encuentros más. Sin embargo, el León no ha perdido el instinto, la forma en que acecha al rival continúa siendo asfixiante, con ataques extremadamente ágiles y con la calidad individual de figuras como Mauro Boselli, Rafael Márquez o Carlos Peña.

 

León engañosamente habita el puesto 14 de la tabla general luego de las cinco unidades que a regañadientes ha podido conseguir, una condición que podría cambiar el fin de semana si logra vencer a los Pumas en casa, pues una victoria podría instalarlo incluso en posiciones de liguilla.

 

Por eso, el choque de estos depredadores será mortífero, pues mientras los de piel dorada buscarán continuar por la luminosa ruta que se han trazado, el León se presenta como un serio obstáculo al tener la urgencia de ganar en casa y reivindicar su condición de campeón, para demostrar quién es hoy por hoy el auténtico “Rey de la selva”.