WASHINGTON. La Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) recopila menos del 30 por ciento de los registros telefónicos de estadunidenses debido a la incapacidad desde hace años de ponerse al nivel del aumento de usuarios de móviles, según fuentes consultadas por The Washington Post.
Desde mediados del año pasado, los expertos han venido asegurando que las revelaciones del ex analista externo de la NSA, Edward Snowden, demostraban que la agencia tiene la capacidad de recopilar los metadatos telefónicos (datos de la llamada, pero no contenido) de prácticamente todos los estadounidenses.
Un funcionario estadunidense indicó al Post que en 2006 la NSA recopilaba prácticamente todos los datos de llamadas que se realizaban en el país bajo el programa de espionaje revelado por Snowden, pero esa capacidad ha caído a menos de 30 por ciento.
No obstante, la NSA ha intentando que las compañías de telefonía móvil que no les permiten acceder a esos datos lo hagan lo antes posible, con la intención de que sus programas de vigilancia antiterroristas sean realmente eficaces.
“Para encontrar una aguja en un pajar hace falta tener todo el pajar para poderlo registrar”, indicó en una audiencia del Congreso el pasado julio el asistente al Fiscal General, James Cole.
Expertos consultados por The Washington Post indicaron que el bajo porcentaje solo podría explicarse en el caso de que la NSA también contabilice entre las llamadas que no puede registrar las que tienen lugar en internet, con programas como el Skype.
Esto cambiaría si como prometió el presidente Barack Obama el mes pasado, la NSA deja de hacer acopio de datos telefónico y guardarlos durante años para que se queden bajo control de los operadores telefónicos privados y solo sean provistos a la agencia con una orden judicial concreta.
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos comenzó a recopilar esos metadatos telefónicos, especialmente de operadores de líneas fijas, pero con la cada vez más rápida transición a los teléfonos celulares, han tenido mayores problemas para ponerse al mismo nivel.
Pese a las medidas prometidas por Obama, la NSA sigue construyendo un discreto y gigantesco complejo en el desierto de Utah, donde aparentemente podría almacenar un número aún mayor de registros telefónicos o tráfico de internet en todo el mundo.