Londres. Pocos meses después de que un tríptico de Francis Bacon se convirtiera en la obra más cara jamás subastada (106 millones de euros), otro retrato del pintor batió hoy en Londres el récord de cotización para un lienzo individual del artista al venderse por 42.19 millones de libras (69.32 millones de dólares).
La obra “Retrato de George Dyer hablando” (1966) acaparó esta noche la atención en la sede londinense de Christie’s después de que Elaine Pascal Wynn, ex esposa del magnate de los casinos estadounidense Steve Wynn, sacudiese el mercado del arte en noviembre pasado al pagar una cifra nunca vista por el tríptico “Tres Estudios de Lucian Freud”.
La casa de subastas sacó también a la venta hoy una pieza del estadunidense Jeff Koons, que en aquella misma sesión en la que se vendió el tríptico de Bacon pasó a ser el artista vivo más cotizado al rematar su escultura “Balloo Dog (Orange)” por 58 millones de dólares.
En esta ocasión, Christie’s adjudicó la obra del maestro del “kitch” “Cracked Egg (Magenta)” por 14.08 millones de libras (23.,13 millones de dólares).
La pintura del alemán Gerhard Richter “Abstraktes Bild” marcó por su parte un precio de 19,57 millones de libras (32,15 millones de dólares).
En 1966, Bacon retrató en el lienzo subastado hoy a George Dyer, a quien había conocido pocos años antes y con quien mantuvo una tormentosa relación hasta 1971, cuando el joven se suicidó la misma noche en la que el Grand Palais de París encumbraba al autor británico con una gran retrospectiva.
El joven marcó la obra de Bacon tanto antes como después de su muerte, y su imagen protagoniza algunos de sus lienzos más emotivos durante las décadas de 1960 y 1970, unas de las más creativas del autor.
Ambos se habían conocido en 1963 en un bar del Soho londinense, cuando Dyer, trajeado y con corbata, se presentó al pintor y le invitó a una copa, según el mismo Bacon relató en alguna ocasión.
“Este fascinante retrato es uno de los que se mostró en aquella retrospectiva en el Grand Palais, lo que añade un inquietante factor emocional al cuadro”, relató Francis Outred, responsable de la sección de Arte de Posguerra y Contemporáneo de Christie’s.
El huevo magenta de Koons, una pieza 1.65 por 1.59 metros, fue otra de las piezas protagonistas de la subasta en Londres.
“Es una verdadera hazaña de la ingeniería que requirió 12 años para ser creada. Su superficie es un espejo que refleja al espectador y su entorno, e invita a explorar el interior de la obra”, explicó Outred.
También se vendió hoy en Londres, por 962,500 libras (1.58 millones de dólares) un gran mural en el que el británico Damien Hirst ordenó decenas de peces conservados en formol y al que tituló “Where Will It End?”.
Se trata de uno de los primeros trabajos en los que el artista se interesó por los cuerpos de animales en formol, con los que logró componer “una representación prácticamente ‘zen’ de una perfección maravillosa, en la que todos los peces nadan en la misma dirección”, describe el catálogo de Christie’s.
El cuadro “Plan”, de la pintora inglesa Jenny Saville, se vendió por su parte por 2,08 millones de libras (3.44 millones de dólares), mientras que “Selinunte, del francés Nicolas de Staël, alcanzó los 2,88 millones de libras (4.73 millones de dólares).