Para quien acaba de ser víctima de cualquier delito, por mínimo que éste sea, es imposible creer que el año pasado fue uno de los mejores en la historia de la ciudad en descenso de criminalidad.
Tan inaudito como suena, la realidad de la capital es que todavía mantiene su lugar de metrópoli más segura del país. De acuerdo con el Reporte de Índice Delictivo (RINDE) 2013 que elaboró el Consejo Ciudadano, los capitalinos vivimos una paradoja: cifras de delincuencia a la baja -algunas con una caída histórica-, pero una percepción de inseguridad al alza.
De 14 delitos de alto impacto (que recientemente se medían en todo el país) sólo uno tuvo un incremento el año anterior y en casi 60% de los casos los ciudadanos pudimos evitarlo sin necesidad de la policía.
¿Sabías que ocho de cada 10 homicidios están relacionados con venganzas personales, riñas y motivos pasionales? ¿Y que éstos ocurren principalmente los fines de semana, bajo el influjo del alcohol y con armas portadas por los mismos ciudadanos?
¿O que seis de cada 10 lesiones dolosas por arma de fuego pudieron evitarse porque tuvieron como origen los mismos motivos que el homicidio? ¿Y que este tipo de lesiones aumentó en los últimos meses del año por balas perdidas durante celebraciones?
En el primer caso, los homicidios bajaron el año anterior 3.9% y de 2010 a esa fecha esta reducción es de 7.6% en total; mientras en el segundo, las lesiones dolosas por arma de fuego, sí aumentaron 16.8%.
Por ello, la herramienta más útil para saber si podemos o no sentirnos seguros en la ciudad es la información. La debemos analizar, compartir y debatir para construir una percepción acorde con lo que está sucediendo.
Si tenemos información nadie podrá engañarnos (ni nosotros mismos) de que todo está bien y sirve para saber si las cosas están o no tan mal como pensamos.
Muchos se preguntarán qué pasa con la cifra negra. La respuesta es simple: existe pero cada vez se reduce más en la Ciudad de México. Van las razones: el porcentaje de denuncia en la capital se ubica entre 38% y 40% de la población (el más alto del país, de acuerdo con lo publicado recientemente por los mismos medios de comunicación). Nos falta el 60% de las personas que en algún momento deciden no denunciar. Sin embargo, hay delitos cuya cifra negra está cediendo. Por ejemplo: siete de cada 10 robos a transeúnte se cometen para robar el teléfono celular de la víctima; en ese caso, el nivel de denuncia es superior al 90% porque nadie quiere que su línea o aparato sea usado por un criminal o perder el beneficio de la reposición por parte de la compañía telefónica, la cual pide como requisito la averiguación previa.
Podemos dar muchos números más, aunque el veredicto final lo tenemos cada uno de nosotros. Puedes consultar el RINDE en www.consejociudadanodf.org.mx y hacer tu balance. Reiteramos lo que afirmamos el año pasado: en la ciudad podemos estar tranquilos, pero nunca pasivos.