Dicen que el amor entra por el estómago, pero quizá debemos rectificar el dicho, ir más atrás y darle su justo reconocimiento a la boca, el paladar y la lengua; esas zonas donde los sabores estallan, esa perfecta aduana del cuerpo que automáticamente odia o se enamora.

 

Y la historia indica que el chocolate no solo es uno de los consentidos para el cielo de la boca, enamorar a una persona, o dar un dulce regalo; sino que también resulta saludable comerlo, según la cantidad de cobre que contenga, por sus vitaminas y minerales. Además, el chocolate contiene fenilalanina y serotonina, el mejor neurotransmisor del placer.

 

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