El presidente venezolano Nicolás Maduro anunció el domingo que ordenó la expulsión de tres funcionarios consulares estadounidenses, por supuestas actividades irregulares en las universidades.

 

Maduro dijo, en un mensaje transmitido en cadena de radio y televisión, que le ordenó al canciller Elías Jaua “proceder a declarar persona no grata y expulsar del país a estos tres funcionarios de Estados Unidos en Venezuela”, pero no dio más detalles de los diplomáticos.

 

“Ya tenemos dos meses viéndolos en las universidades haciendo reuniones; el cuento que tienen es ofrecer visas”, manifestó. “Que se vayan a conspirar a Washington. Qué dejen quieta a Venezuela”.

 

El gobernante consideró como “insolencias” las expresiones que realizó la víspera el secretario de Estado norteamericano John Kerry sobre la situación de Venezuela, y afirmó que un alto funcionario estadounidense le notificó al embajador de Venezuela en la ONU, Roy Chaderton, unas “exigencias” de que el gobierno debería dialogar con la oposición y detener las medidas judiciales contra el opositor Leopoldo López, sobre quien pesa una orden de captura y se mantiene en la clandestinidad.

 

Maduro dijo que un funcionario identificado como Alex Lee, subsecretario adjunto para América del Sur del Departamento del Estado, le transmitió a Chaderton el mensaje de que “el arresto de López podría causar muchas consecuencias negativas con sus ramificaciones internacionales”.

 

“Estas son exigencias inaceptables, insolentes. Mandé a responder diplomáticamente”, aseveró Maduro sin ofrecer detalles.

 

“En Venezuela estamos dispuestos a llegar hasta las últimas consecuencias en defensa de la democracia”, declaró el mandatario. “Yo no recibo órdenes de nadie en este mundo”, sentenció.

 

El Ministerio de Relaciones Exteriores emitió el domingo un comunicado en el que expresó que las afirmaciones de Kerry son “una maniobra más del gobierno de Washington por promover y legitimar los intentos de desestabilización de la democracia venezolana que han desatado grupos violentos en los últimos días”.

 

El gobierno señaló que la administración de Barack Obama “miente cuando pone en cuestionamiento la vigencia de los derechos humanos y las garantías democrática en nuestro país”, y aseguró que hay suficientes pruebas para procesar a López.

 

“El gobierno de los Estados Unidos deberá asumir su responsabilidad ante el pueblo venezolano y ante el mundo, por permitir que instituciones e individuos estadounidenses financien, legitimen y promuevan las acciones de personas y grupos que atentan violentamente contra la sociedad venezolana, y buscan torcer la voluntad democráticamente expresada por nuestro pueblo de construir soberanamente su destino en paz”, agrega el comunicado.

 

Kerry había dicho que estaba “muy preocupado” por las tensiones y la violencia que se viven en Venezuela, y particularmente “alarmado” por las informaciones sobre detenciones de manifestantes y la orden de arresto contra López.

 

El secretario de Estado pidió en un comunicado la liberación de los detenidos y que se restaure la calma en el país.

 

En octubre del año pasado Maduro expulsó a Kelly Keiderling, encargada de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Caracas, así como a Elizabeth Hoffman y David Moo, quienes ocupaban la secretaría adjunta para asuntos políticos de la misión diplomática y el viceconsulado, alegando que estaban en supuestas actividades de conspiración.

 

El gobernante también expulsó en marzo a dos agregados militares estadounidenses, a quienes se les achacó tratar de establecer contacto con oficiales activos venezolanos para, presuntamente, adelantar planes de desestabilización del gobierno del país.

 

Washington respondió de manera recíproca a las acciones de Caracas y también expulsó a cinco funcionarios diplomáticos venezolanos.

 

Venezuela y Estados Unidos han mantenido tirantes relaciones y, desde 2010, ambos países están sin embajadores.