WASHINGTON. Ante la publicación de nuevos documentos incriminadores contra la Agencia de Inteligencia estadunidense (NSA) y la británica GCHQ (Central comunicaciones del gobierno) que demostrarían que espiaron a WikiLeaks y a sus lectores”, el fundador del sitio, Julian Assange, condenó el acto ilegal y pidió a la administración de Barack Obama nombrar a un fiscal especial para investigar la magnitud de la actividad criminal de la agencia contra los medios, particularmente WikiLeaks.

 

“Ninguna entidad, incluida la NSA, debería poder actuar contra periodistas con impunidad”, dijo Assange en un comunicado, al informar que su abogado el español, Baltasar Garzón, ya trabaja en una respuesta formal.

 

Según uno de estos documentos, que fueron  publicados en el sitio web The Intercep y obtenidos por el ex analista Edward Snowden, la NSA puso al fundador de Wikileaks en “una lista de personas que deben ser objetivo de una caza al hombre y que incluye a miembros sospechosos de pertenecer a Al Qaida”, aseguró WikiLeaks en un comunicado.

 

The Iintercep publica que esas agencias también dieron seguimiento a quienes buscaban cualquier información relacionada con ese portal en Google u otro explorador de internet.

 

La agencia europea tuvo un rol más activo y utilizó el programa codificado Anticrisis Girl para rastrear las direcciones IP de los usuarios de WikiLeaks, precisó The Intercept, creado la semana pasada para divulgar datos suministrados por Snowden sobre el espionaje mundial online.

 

El GCHQ incluso guardó un tabulador con los países de procedencia de esas personas, los principales términos que escribían y los mecanismos de búsqueda en la web que usaban, entre otros detalles.

 

Por otro lado, The Intercept también aseguró que en agosto de 2010 la NSA urgió a tres países aliados a considerar la imposición de cargos criminales” contra Julian Assange, por publicar sin autorización documentos sobre la guerra de Afganistán e Irak.

 

La NSA y sus socios consideraron, además, a la red de activistas informáticos Anonymous al igual que a otros grupos de hackers como blancos fáciles de monitorear, e incluso dijeron tener en la mira a sus filiales de Brasil, India y Alemania, entre otros países.

 

Assange aún se encuentra refugiado en la embajada de Ecuador en Londres donde ha permanecido desde junio de 2012 para evitar su extradición a Suecia, donde fue acusado de abusos sexuales y para evitar que desde este país lo extraditen a Estados Unidos donde podrían condenarlo por sus actos de espionaje y revelaciones de su sitio Wikileaks que publicó en 2010 miles de vídeos, documentos secretos y cables diplomáticos cruzados entre Estados Unidos y sus embajadas sobre la preparación de operaciones de espionaje y atentados terroristas.

 

Esa información la proporcionó el soldado estadunidense Bradley Manning, quien fue condenado en el verano pasado a 35 años de cárcel por las filtraciones.

 

La NSA está en medio de una polémica global luego que documentos filtrados desde junio pasado por Snowden confirmaron que Estados Unidos espía las comunicaciones telefónicas y digitales a nivel doméstico y también a gobernantes, empresas y ciudadanos de 35 países. A finales de 2013, dos jueces federales acusaron a la NSA de violar la Constitución con sus actividades, pero un tercero declaró legal sus operaciones.

 

NSA debió ser más transparente: Clapper

 

WASHINGTON. James Clapper, director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, admitió por primera vez que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) debió ser transparente con sus programas de espionaje doméstico, en un intento por sepultar la polémica por esas operaciones.

 

“Probablemente no debería decir esto, pero debimos actuar con transparencia desde el inicio del programa e informales tanto a los ciudadanos como a congresistas”, dijo el funcionario en una entrevista al periódico The Daily Beast.

 

Según Clapper operar sin secretismos les hubiera evitado la avalancha de filtraciones que realizó Snowden sobre los sistemas intrusivos de vigilancia de la NSA. También defendió una vez más esos programas con el gastado argumento de resguardar la seguridad nacional de Estados Unidos de ataques terroristas como los de septiembre de 2001, cuando desconocidos secuestraron dos aviones comerciales y los estallaron contra las Torres Gemelas de Nueva York.