KIEV. El tono dramático de la jornada lo aportó un grupo de francotiradores que se encargaron de sembrar terror en las calles del centro de Kiev, donde los disparos de Kaláshnikov se sumaron al ruido de palos, barras metálicas y cocteles molotov. Muchos comerciantes, al ver a los francotiradores sobre las azoteas de los edificios, cerraron.

 

Apostados en edificios oficiales y hoteles como el Ucrania, los francotiradores abatieron a varios manifestantes que intentaban parapetarse tras escudos de metal, según se puede ver en las imágenes difundidas por medios digitales.

 

Los opositores consideran que las autoridades escenificaron el nuevo estallido de la violencia callejera aprovechando la llegada a la ciudad de los ministros de Exteriores europeos, para demostrarles que los opositores son extremadamente violentos.

La calma chicha que procedió a la tregua obtenida entre el gobierno y los opositores la noche del martes, fue rota durante el primer minuto de las ocho de la mañana de ayer. Los opositores trataron de recupera la plaza central amurallada por la policía. A esa hora saltó la noticia de que francotiradores ocultos en el Conservatorio situado en la plaza de la Independencia, conocida como Maidán, habían disparado contra al menos dos decenas de agentes antidisturbios.

Apenas un centenar de policías del cuerpo antidisturbios “Berkut” mantenían a esa hora el cerco a la plaza Maidán a pocos metros de la vecina plaza de Europa, y mientras los manifestantes lanzaban los primeros cócteles molotov y fuegos artificiales, los agentes respondían con granadas aturdidoras.

 

Instantes después, las llamadas autodefensas del Maidán ya habían tomado tanto la plaza de Europa como la calle Grushevski, escenario de los primeros disturbios en Kiev el pasado mes de enero.

 

Armados con bates de béisbol, barras de hierro e incluso hachas, los manifestantes se encontraron cara a cara con los “Berkut” en la plaza de Europa, pero la policía prefirió huir para no arriesgar sus vidas. Varios agentes sufrieron graves heridas, algunas con resultados mortales, según confirmó después el Ministerio de Interior.

 

Algunos agentes, 67 según cifras oficiales, fueron tomados rehenes por los manifestantes y otros tuvieron que ser rescatados por sus compañeros de brutales palizas que les propinaron en el suelo los radicales más exaltados.

 

La policía “está utilizando balas de combate comunes y antiblindados. Disparan a matar”, dijo el diputado Sviatoslav Janenko del partido opositor ucraniano Svoboda (Libertad).

Por su parte, el ministro ucraniano del Interior, Vitali Zajarchenko, ordenó la entrega de armas de combate a los efectivos policiales y advirtió de que la ley les permite utilizarlas contra los extremistas.

“Hoy se ha abierto fuego contra los efectivos policiales con armas de fuego. En las calles mueren no sólo los agentes del orden, sino los ciudadanos pacíficos, han comenzado los pogromos en Kiev y las regiones occidentales de Ucrania”, denunció.

 

El alcalde de Kiev, Vladímir Makéyenko, abandonó el gobernante Partido de las Regiones en repulsa por el estallido de un nuevo brote de violencia.

“Mi prioridad es salvar las vidas de los ucranianos. Ni un solo oligarca, ni un solo político ha muerto. Yo, como jefe de la Administración de Kiev, me dedico a sepultar a decenas de gente de a pie”, afirmó Makéyenko en un mensaje colgado en la página web del Ayuntamiento.

 

La fallida tregua negociada entre el presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, y los líderes de las tres formaciones de la oposición, apunta a que los políticos han perdido el control de la situación.

 

Pocos se acuerdan ya que todo empezó con una pacífica movilización de miles de ucranianos para protestar por la negativa de Yanukóvich de firmar un Acuerdo de Asociación con la UE.

 

Los titulares de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, Francia, Laurent Fabius, y Polonia, Radoslaw Sikorski, se reunieron durante más de cuatro horas con Yanukóvich, para proponerle una hoja de ruta que ataje el conflicto que desgarra desde noviembre al país, mientras en Bruselas sus colegas debaten la imposición de sanciones. Sobre los resultados del encuentro, la canciller Angela Merkel informó a los presidentes de Estados Unidos y Rusia.

 

La ONU, espantada

 

KIEV. La comunidad internacional, cada vez más alarmada ante la magnitud de la crisis en Ucrania, traza las primeras medidas contra los responsables de la espiral de la violencia en ese país, que en los últimos dos días ha causado decenas de muertos y centenares de heridos.

Una situación ante la cual el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se declaró “espantado” por el uso de armas de fuego por parte de policía y manifestantes y exigió el fin inmediato de la violencia.

En una reunión de urgencia, la UE alcanzó un acuerdo político para imponer sanciones a los responsables de violaciones de los derechos humanos, violencia y uso excesivo de la fuerza en Ucrania, consistentes en prohibir su entrada y congelar sus bienes en territorio comunitario, aunque su aplicación no será inmediata y dependerá de la evolución de los acontecimientos.

Según había adelantado la jefa de la diplomacia italiana, Emma Bonino, los países comunitarios habían planteado estas medidas “en coordinación” con los ministros de Exteriores de Francia, Alemania y Polonia que se encuentran en Kiev para conocer de primera mano la situación.

Esos tres ministros, que prolongarán hasta hoy su estancia en Kiev, se reunieron durante más de cuatro horas con el presidente ucraniano, Viktor Yanukóvich, para proponerle una hoja de ruta que incluye una reforma de la Constitución y la puesta en marcha en los próximos meses de un Gobierno de transición, y también se entrevistaron con los líderes de la oposición para trasladarles los términos del plan diseñado por Europa, según medios alemanes.

Las medidas adoptadas por la Unión Europea van en la misma línea de las anunciadas el martes por el Gobierno estadunidense, que prohibió de emisión de visados de entrada a funcionarios de Ucrania a los que considera responsables de la violencia contra los manifestantes.

Ayer Washington volvió a urgir al presidente ucraniano a “retirar inmediatamente” del centro de Kiev a las fuerzas de seguridad, que están utilizando munición de combate contra los manifestantes, según la oposición, y a “respetar el derecho a la protesta pacífica”.

“Instamos a las Fuerzas Armadas de Ucrania a no involucrarse en un conflicto que puede y debe ser solucionado por medios políticos”, pues “el uso de la fuerza no resolverá la crisis”, subrayó la Casa Blanca, que insistió en la necesidad de “tomar medidas claras para detener la violencia e iniciar un diálogo significativo que reduzca la tensión y se ocupe de las reclamaciones del pueblo ucraniano”.

También la canciller alemana, Angela Merkel, instó a Yanukóvich a retomar “urgentemente” el diálogo con la oposición y aprovechar la disposición a mediar de la UE, pues la “solución sostenible del conflicto” pasa por conversaciones entre el Gobierno y la oposición tendentes a obtener rápidamente “resultados tangibles” en materia de “formación de Gobierno” y “reforma de la Constitución”.

Alarmado por la situación, el Ministerio británico de Exteriores convocó al embajador ucraniano en el Reino Unido, Volodymyr Khandogiy, por la “horrible violencia” que sacude el país.

Desde Varsovia, el primer ministro polaco, Donald Tusk, alertó del riesgo de guerra civil y señaló que tanto Polonia como el resto de países europeos vecinos se deben preparar para acoger una “ola de refugiados ucranianos”.

En la misma línea, la presidenta de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, Anne Brasseur, afirmó que “la prioridad inmediata en este momento en Ucrania es detener la violencia, detener el número de muertos y detener todas las formas de represalia y venganza con el fin de evitar que Ucrania caiga en un abismo”.

También Amnistía Internacional pidió al Gobierno ucraniano que “haga lo posible” para “frenar y evitar el uso ilegal de la fuerza y de armas de fuego, tanto por parte de la policía como de los grupos violentos”.

China, por su parte, pidió “respeto a la soberanía territorial y al principio de no injerencia en los asuntos internos”, en respuesta a las sanciones propuestas por EU y la UE, y opinó que la comunidad internacional “debe esforzarse por ayudar a Ucrania a que continúe el diálogo y la negociación, jugando un papel constructivo que le ayude a recuperar la estabilidad y el orden social”.

Por su parte Rusia, a través de su ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, rechazó las amenazas de Europa y Estados Unidos de sancionar a las autoridades de Ucrania, al tiempo que les acusó de estar detrás de la crisis en ese país.

Estas dos últimas partes, sostuvo, “tienen toda la responsabilidad de la situación actual, al tiempo que no condenan los actos de los extremistas y amenazan con imponer sanciones”, dijo Lavrov en una conferencia de prensa en Bagdad.

Con el fin de mediar entre las autoridades y la oposición, el presidente ruso, Vladímir Putin, envió a Ucrania al Defensor del Pueblo, Vladímir Lukín tras mantener una conversación telefónica con Yanukóvich, quien le propuso que enviara a Kiev un mediador. EFE