KIEV. El presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, denunció hoy que los últimos acontecimientos que han tenido lugar en este país son un golpe de Estado y anunció que no dimitirá, en una entrevista concedida al canal de televisión UBR.
Los manifestantes opositores ucranianos ya controlan la ciudad de Kiev, incluidos los accesos a los edificios de la Administración estatal, tras la marcha del presidente, Víktor Yanukóvich, al este del país, mientras la Rada ordenó la liberación de su gran rival, la ex primera ministra Yulia Timoshenko.
En ausencia de Yanukóvich, que abandonó Kiev durante la noche para viajar a la ciudad oriental de Járkov, la sensación de ingobernabilidad se ha instalado en la capital ucraniana.
Las autodefensas del Maidán, el movimiento popular de protesta contra Yanukóvich y que hasta ayer era la punta de lanza de la resistencia armada contra las fuerzas de seguridad, comparten hoy con la policía la vigilancia del palacio presidencial, la sede del Gobierno y la Rada Suprema (Parlamento), según pudo constatar Efe.
Por primera vez en casi tres meses, las fuerzas de seguridad se han retirado de todos los edificios oficiales, incluso de la residencia presidencial de Mezhigorie, en las afueras de Kiev, custodiada ahora por la guardia privada y las autodefensas del Maidán.
Un día después de la firma del acuerdo de paz entre Yanukóvich y los líderes de la oposición parlamentaria, muchos kievitas han vuelto hoy a pisar el centro histórico de su ciudad por primera vez en varias semanas, en un ambiente de tristeza por los al menos 80 fallecidos entre los pasados martes y jueves.
En una jornada cargada de acontecimientos, la Rada Suprema, en una sesión extraordinaria, eligió Alexandr Turchínov, mano derecha de Timoshenko, presidente de la Cámara, en sustitución de Vladímir Ribak, que presentó su dimisión por motivos de salud.
La Rada, que asumió provisionalmente la coordinación del Gabinete de Ministros, hasta la formación del nuevo Gobierno, adoptó como primera decisión aprobar una resolución para “cumplir los compromisos internacionales” y poner en libertad a Timoshenko.
Turchínov aseguró que la liberación inmediata de la carismática política era vital, ya que “su vida corría peligro”, mientras la hija de Timoshenko, Yevgueni, rompió a llorar cuando los diputados votaron a favor de liberar a su madre.
Un total de 322 diputados, 22 más de la mayoría constitucional de dos tercios, respaldaron la resolución que debe suponer la excarcelación inmediata de Timoshenko, recluida en una clínica de Járkov.
En esa ciudad del este del país se encuentra Yanukóvich, según la diputada y asesora del jefe del Estado, Anna Guerman, que en declaraciones a la agencia local UNN aseguró que el presidente hablará hoy a la nación por televisión desde esa ciudad.
Guerman procuró así desmentir los rumores, esgrimidos incluso en la Rada, de que Yanukóvich había huido del país.
En Jarkov, el congreso de diputados regionales del Este de Ucrania y Crimea, al que en un principio debía acudir Yanukóvich, pidió a los ciudadanos de estas regiones que se organicen para resistir al Maidán.
Mientras, en el exterior del edificio donde se celebraba el congreso, miles de manifestantes europeístas apoyaban al Maidán y exigían la dimisión de Yanukóvich, en una simbólica representación de la división ahora que amenaza al país.