KIEV. EL fin de semana fue trepidante; por un lado, Europa ya había logrado un acuerdo con el presidente Víktor Yanukóvich que consistía en regresar al statuo quo de 2004 en materia constitucional, es decir, sustituir el sistema presidencialista por uno presidencial-parlamentario; formar un gobierno de unidad; y llamar a elecciones antes de finalizar 2014.
¿Qué sucedió en la tarde del sábado para que el escenario diera un vuelco total por la salida de Yanukóvich de la presidencia?
Lo que es cierto es que ayer Alexandr Turchínov, de 49 años y mano derecha de la ex primera ministra Yulia Timoshenko, fue designado cabeza del Estado y jefe del Parlamento en una sesión que, a un ritmo frenético, destituyó a los altos cargos del antiguo régimen y marcó los plazos para la formación del nuevo Gobierno.
Su predecesor, el huido Yanukóvich, sigue en paradero desconocido desde que la guardia de fronteras ucraniana le impidiera abandonar el país en un vuelo chárter desde el aeropuerto de Donetsk, su ciudad natal en el este de Ucrania.
Viktor Yanukovych sostiene que las decisiones del parlamento en los últimos días son ilegales, y un asesor presidencial de alto nivel dijo que Yanukovych continuará cumpliendo con sus tareas presidenciales.
Si el sábado era destituido por la Rada Suprema (Parlamento) de su cargo, ayer fue tachado de “pusilánime y traidor” por los que fueron hasta hace unos días sus compañeros de filas en el Partido de las Regiones (PR), cuyos diputados apoyaron la candidatura de Turchínov a la presidencia interina.
“Ucrania ha sido traicionada. Han provocado la confrontación entre la gente. Y toda la responsabilidad recae sobre Yanukóvich y su entorno más próximo”, afirmó en una declaración el grupo parlamentario que sostuvo durante años al depuesto jefe del Estado.
Los diputados del PR manifestaron su condena de las “órdenes criminales que afectaron a simples ciudadanos, soldados y oficiales”.
“Condenamos la huida y pusilanimidad de Yanukóvich. Condenamos la traición”, señala el documento, que recalca que “Ucrania ha sido engañada y saqueada, pero esto no es nada comparado con el dolor de decenas de familias que perdieron a sus seres queridos a ambos lados de las barricadas”.
La semana pasada, desde el inicio de los sangrientos disturbios que dejaron cerca de un centenar de muertos en Kiev, más de 60 diputados del PR han abandonado sus filas y han apoyado las propuestas legislativas de la oposición.
La plaza Maidán de Kiev y sus calles adyacentes, epicentro de la revolución que hizo caer a Yanukóvich, fue cubierta de flores en recuerdo de los caídos.
Mujeres y niños volvieron a pasear por el centro histórico de su ciudad para comprobar con sus propios ojos los estragos causados por la violencia.
Estragos que el alcalde de la capital, Vladímir Makéyenko, se comprometió a subsanar.
“Desde mañana empezaremos a limpiar Kiev, y a retirar las distintas barricadas. Pero, por supuesto, esto tendrá que hacerse de acuerdo con los ciudadanos que las han construido”, aseguró el regidor.
“Paso a paso iremos avanzando, todo tiene su tiempo, y ha llegado el momento de recoger piedras”, añadió, jugando con el doble sentido de los adoquines que se han empleado como proyectiles en la revuelta y el pasaje bíblico.
El Maidán, como ya se conoce en todo el mundo la plaza de la Independencia, y sus alrededores recobran poco a poco la normalidad.
La recién excarcelada Timoshenko, señalada como posible candidata para encabezar el nuevo Ejecutivo, pidió a su partido que no la postule al cargo. “Para mí ha sido una sorpresa enterarme de que quieren presentar mi candidatura a primera ministra de Ucrania. Nadie ha consultado ni debatido conmigo esa cuestión. Gracias por su afecto, pero les pido que no presenten mi candidatura”, señaló Timoshenko en un comunicado publicado por su partido Batkivschina (Patria).
Tymoshenko, la heroína de cabello rubio entrelazado de la Revolución Naranja ucraniana de 2004, fue una de las personalidades de la que más se habló ayer. La propia canciller alemana, Angela Merkel le llamó por teléfono para felicitarla por su libertad (fue excarcelada el sábado).
En su segundo día de libertad, Timoshenko se reunió hoy con los embajadores de EU y la UE en Kiev, a quienes aseguró que las prioridades ahora deben ser mantener la unidad territorial de Ucrania y castigar a los culpables de la muerte de decenas de ucranianos.
¿Museo o casa kitsch?
MEZHIGORIE, Ucrania. Una peregrinación de miles de curiosos fluyó sin cesar hacia Mezhigorie, la lujosa y “kitsch” residencia campestre del depuesto presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, abierta al público tras el triunfo de la revolución que provocó su huida.
Aunque la finca se encuentra apenas a veinte kilómetros de la capital ucraniana, el trayecto hacia ese territorio, hasta ayer vedado al ciudadano común, tardaba más de tres horas: miles de kievitas montaron en sus coches para ver con su propios ojos la opulencia de la casa de campo del defenestrado presidente.
La afluencia de vehículos era tal, que los visitantes se vieron obligados a aparcar en el arcén de la carretera y cubrir caminando los últimos cinco kilómetros para llegar hasta la residencia de Yanukóvich, emplazada en un territorio de 140 hectáreas.
Las leyendas urbanas que circulaban sobre Mezhigorie no defraudaron a aquellos que dedicaron la jornada dominical a visitar la residencia preferida del hombre que gobernó Ucrania durante cuatro años.
Campo de golf, zoológico con avestruces, estacionamientos repletos de autos de colección y todos los lujos imaginables en un espacio donde la opulencia y el mal gusto se mezclan a cada paso, como el excusado en forma de trono, con sendas cabezas de tigre en sus reposabrazos.
“Aquí hay más visitantes que en los palacios de los zares rusos en San Petersburgo”, comentó Yevgueni, un filólogo de 35 años reconvertido en empresario y que trabaja en el sector de la construcción.
Con ojo profesional, calcula que la construcción de la mansión y sus instalaciones podría haber requerido una inversión de mil millones de dólares (13 mil millones de pesos) y que sólo su mantenimiento tiene un coste mensual de un millón (13 millones de pesos).
“Causa horror. ¡De dónde han sacado tanto dinero!”, agrega Yevgueni, asombrado por la magnitud del derroche, mientras contempla las griferías de oro de uno de los cuartos de baño.
Los visitantes de Mezhigorie, entre los que había muchas familias con niños, admiraban sorprendidos y captaban con cámaras y teléfonos móviles imágenes de las instalaciones de la residencia, cuyo torreón le da ínfulas de castillo.
Al caer la tarde, cuando miles de personas aún se dirigían hacia Mezhigorie, se anunció por altavoces que la residencia quedaba cerrada al público.
Nada de gran valor fue hallado en el idílico refugio campestre de Yanukóvich, abandonado por sus moradores la noche del viernes, cuando el todavía presidente de Ucrania claudicó en todas las líneas al firmar un acuerdo por el que aceptaba todas las demandas de la oposición.
Los medios digitales ucranianos reprodujeron imágenes captadas por cámaras de videovigilancia en las que se observa cómo dos helicópteros, en los que previamente fueron cargados varios bultos, despegan de Mezhigorie con un intervalo de pocos segundos.
En una de sus decisiones, la Rada Suprema (Legislativo) ordenó la devolución a las propiedades del Estado de la residencia de Mezhigorie, una de las varias que tenía a su disposición Yanukóvich.
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